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viernes, 18 de diciembre de 2015

¿Citas célebres?

Tengo que reconocer que soy un fan de las llamadas citas celebres, frases dichas por tal o cual personaje importante, que en algunos casos son citas tan inmortales que pueden llegar a reflejar algo de la realidad actual. Sin embargo, con el avance de la red, cabe destacar que muchas citas no han sido contrastadas o se han puesto en cuestión la validez de las mismas. 


Un ejemplo histórico lo tenemos en Cayo Julio César, dictador de Roma, cuando se dice que cuando llegó a una batalla, cuyas huestes dirigidas por él, habían ganado sin su presencia, dijo aquello de "Vini, Vidi, Vinci" ("Vine, Vi, Venci"), haciendo referencia a que había ganado de forma rápida e inmisericorde. Lo cierto es que nada lleva a pensar que César dijera esto, al igual que muchos otros. 
Un caso paradigmático lo tenemos en Winston Churchill del cual se han dicho que dijo nosecuántas frases. Siempre oímos decir a tal político o periodista "Como dijo Winston Churchill", pero el caso es que resultaría como poco curioso que el gran león británico dijera todas y cada una de esas frases. Incluso, Woody Allen hace referencia a las citas atribuidas cuando al principio de Annie Hall dice que la frase "No iría a un club que admitiera a alguien como yo" ha sido falsamente atribuida a Groucho Marx cuando en realidad la dijo Sigmund Freid. Precisamente, hay una frase atribuida a Groucho, que supuestamente esta puesta en su tumba como epitafio en la que decía "Perdonen, señores, que no me levante", pero lo cierto es que en la mencionada tumba sólo hay una estrella de David. 

Winston Churchill o el hombre de las mil citas... atribuidas

Por otro lado, hablando de la muerte, lo cierto es que cuesta creer que algunas de las últimas frases atribuidas a tal o cual personaje sean ciertas.  Así vemos frases como "Apaguen la Luz" de Theodore Roosevelt, ‘"¡Es absurdo!... ¡Esto es absurdo!" de Sugmund Freud, " El dinero no puede comprar la vida" de Bob Marley o la supuesta amenaza proferida por el último gran maestre del Temple, Jacques de Molay, antes de ser quemado en la hoguera: "Clemente, y tú también Felipe, traidores a la palabra dada, ¡os emplazo a los dos ante el Tribunal de Dios!... A ti, Clemente, antes de cuarenta días, y a ti, Felipe, dentro de este año... ". Se dice que ambos murieron en un año, cumpliendose la amenaza de Molay. 


Incluso, los personajes literarios no se han librado de las "citas incorrectas". Un ejemplo lo tenemos en Don Quijote al que se le atribuyo la frase "Ladran, Sancho, señal que cabalgamos", pero lo cierto es que en ninguna parte del Quijote aparece tal expresión, aunque el origen, según Arturo Ortega Morán es el poema "Labrador" de Goethe: "Pero sus estridentes ladridos / sólo son señal de que cabalgamos", siendo el añadido del nombre Sancho lo que produjo el error en algún momento de la primera mitad del siglo XX. Otra fase supuestamente literaria es el famoso "Elemental, querido Watson" de Sherlock Holmes, el cual no aparece en ningún momento. Hasta los personajes cinematográficos han sido ejemplos de falsas citas como Darth Vader con la frase "Luke, yo soy tu padre" cuando la auténtica es "No. Yo soy tu padre".

No tal elemental, querido Watson

Lo cierto es que, por muy fan de las citas celebres que seamos (y me declaro fan), hay que tener cuidado con aquello que se atribuye a determinado personaje histórico, ya que puede alejarnos de la realidad del propio personaje.

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