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martes, 15 de septiembre de 2015

El Estado del Rey Sol

"El Estado soy Yo"
Esta aparentemente simple frase es atribuida al Rey francés Luis XIV que, según esa tradición, la dijo cuando contaba unos 16 años de edad en pleno Parlamento. Lo cierto es que probable que no la dijera y que fuera una burda invención de sus enemigos políticos para desacreditarle. No obstante, cabe decir que esta frase ejemplifica a la perfección lo que sería el Antiguo Régimen y por ende el absolutismo en el que el Rey era dueño de la vida de todos sus habitantes y era en él donde se depositaban los tres poderes: legislativa, ejecutivo y judicial por la "Gracia de Dios".


El caso es que no hubo Rey que haya sido más asociado al absolutismo como Luis XIV. Y todo mediante la unificación de su Estado no sólo a nivel político, sino administrativo, económico y social. Todo dependía de lo que se legislaba en París y de ahí todas las Leyes destinadas a perpetuar su poder.  


Francia que ya había abandonado las guerras de religión, que habían lastrado al país, encontró en Luis XIV a un hombre defensor de las señas de identidad galas con un Estado ultranacionalista y que, a nivel exterior, encontró poderosos aliados como la tradicional enemiga España con la que acabó sus enfrentamientos bélicos, pero grandes enemigos como los territorios de los Países Bajos. Las buenas relaciones vinieron con los matrimonios entre Borbones y Habsburgos (Austrias) españoles, que posibilitó el que Carlos II nombrara como heredero al Trono de España a su nieto Felipe (que era sobrino-nieto del "hechizado" Rey Carlos). 

Boda de Luis XIV y María Teresa de Austria

El Reinado de Luis XIV es el más largo de la historia de Francia; durante 72 años y en periodo donde se habló la luminosidad y la resplandeciente luz que supuso su Monarquía. Es por eso que a Luis XIV se le conozca como el Rey Sol, dada la maravillosa luz que produce el astro rey. 

Palacio de Versalles, sede residencial de los Reyes de Francia

Precisamente con la llegada de su nieto Felipe de Anjou a la Corona Española se abrió un nuevo periodo en el que no sólo los dos Reinos alcanzaron una cooperación nunca vista, sino que en  España se eliminaron los diferentes fueros, imponiendo una dictadura centralista al estilo galo que hizo que algunas regiones como Aragón se sublevaran y combatieran en favor del otro pretendiente al Trono, el Archiduque Carlos de Austria, iniciándose la denominada guerra de sucesión española, que acabó con la victoria de Felipe, que reinó bajo el nombre de Felipe V.


Luis XIV falleció en 1715; todavía faltaba mucho para lo que sería la revolución francesa. Otra de las frases celebres atribuidas a LUis XIV nos la encontramos en su lecho de muerte: "Me marcho, pero el Estado siempre permanecerá". Afortunadamente, el  Estado absolutista como el de Luis XIV y otros Reyes pereció en un futuro relativamente cercano. 

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