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martes, 30 de junio de 2015

La locura de la Reina

Allá en Tordesillas vería los últimos años de su vida Juana, hija de los Reyes Isabel de Castilla y Fernando de Aragón, que se encontraba en medio de su soledad, auspiciada por ni más ni menos que el mismísimo Emperador, su hijo Carlos, que era Rey de las Españas al unir en su sola persona las Coronas de Castilla y Aragón. Pero ¿Cómo se había llegado a tal situación?


Juana fue tenida por loca por una causa terrible; los celos a las amantes de su marido Felipe conocido como "El Hermoso", un auténtico vividor del que Fernando de Aragón renegaba.

Felipe y Juana

Tras la muerte de su madre, Juana detentaria la Corona de Castilla, aunque de forma directa, reinaria su padre, que la incapacito por loca cuando su actitud empeoró con la muerte de Felipe, algo que hizo que se la encerrara en Tordesillas y, aunque salió durante la revolución de los comuneros, negándose a encabezarla, volvió nuevamente a Tordesillas por orden de su hijo. 

Recluida en Tordesillas

Allí acabó muriendo, sin tener contacto con nadie que no fueran los cuidadores religiosos, que le comunicaban a Carlos el estado de salud de su madre, ordenando el Emperador que se la obligara a tomar los Sacramentos, aunque fuera bajo tortura.


Para la historia ha sido conocida como Juana "la loca", pero conviene recordar que, aunque de forma nominal, fue Reina de Castilla y la última Reina de los Trastamara, dejando pasó a una nueva casa, que gobernó España hasta 1700: los Habsburgo, conocidos comúnmente como los Austrias.

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