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domingo, 21 de junio de 2015

Abraham Lincoln: Un hombre para la Inmortalidad

Hablar de Abraham Lincoln es mencionar a uno de los personajes más importantes de la historia; la Democracia, como sistema de Gobierno, sería muy diferente sin la presencia de un hombre integrador y que le tocó vivir una época difícil con una guerra civil y la negativa, especialmente del sur, a que los negros pudieran tener los mismos derechos. 


Un hombre como Lincoln estaba hecho de una pasta especial y así lo demostró no sólo durante sus años de presidencia, sino con su ejemplo vital. Nació en una familia con estrecheces económicas hasta el punto que el joven Abraham tuvo que ponerse a trabajar ("Dios quiere sin duda mucho a la gente humilde; pues de ser lo contrario, no los habría hecho tan numerosos"). 
Sin embargo, las desgracias comenzaron a llegar a su vida en forma de tragedias o fracasos; su madre a la que el quería muchisimo falleció ("Todo lo que soy, o espero ser, se lo debo a la angelical solicitud de mi madre"), no pudo estudiar en sus inicios ("Pero, yo ignoraba muchas cosas. Sabía leer, escribir y contar, y hasta la regla de tres, pero nada más. Nunca estudié en un colegio o academia. Lo que poseo en materia de educación lo he ido recogiendo aquí y allá, bajo las exigencias de la necesidad"), todos los negocios que emprendió fracasaron estrepitosamente y tuvo incluso que pedir prestado a algunos de sus amigos para poder literalmente subsistir, ya que se encontraba en la miseria más absoluta.


Para colmo de males, la joven con la que se iba a casar acabaría falleciendo. Finalmente se casó con Nancy Hanks. Tiempo después, iniciaría su carrera política, tras haber padecido un colapso nervioso que lo postro en la cama durante 6 meses. En cuando a su carrera política, perdió infinidad de veces, aunque eso no le detuvo hasta el punto que fue representante de Washington por el Congreso, algo que perdió a las siguientes elecciones. Por otro lado, fue rechazado para ejercer de funcionario estatal y se presentó al Senado perdiendo estrepitosamente, al igual que cuando obtuvo la nominación presidencial, ya que elegido con menos de 100 votos. Uno de sus hijos acabaría falleciendo aquellos años, cebándose la desgracia con él una vez más en su vida.


Sin embargo, el abogado Lincoln no se derrumbó ("Es difícil hacer a un hombre miserable mientras sienta que es digno de sí mismo") y fracaso tras fracaso, desgracia tras desgracia, le llegó su hora y fue elegido Presidente de los Estados Unidos en 1860. 
Los años de la presidencia de Lincoln fueron muy duros y tanto la emancipación como las revueltas en el sur, llevaron al país a una guerra de la que el Presidente siempre renegó, aunque considero necesaria para curiosamente fortalecer el país. 

Discursod de Gettysburg

El fin de la esclavitud global llegaría después de su propia muerte, pero Lincoln haría todo lo posible y conseguiría que por una vez todos, blancos y negros, pudieran ser tratados de la misma forma con la declaración de emancipación ("Al no querer ser esclavo, tampoco quiero ser amo"). Ahora que la palabra consenso esta de moda, es digno de mención que el propio Lincoln sería el que la pondría en practica para mencionar y tratar a sus adversarios políticos tanto dentro como fuera de su propio partido ("¿Acaso no destruimos a nuestros enemigos cuando los hacemos amigos nuestros?"). 


Tras el fin de la guerra, habiendo sido reelegido con gran mayoría, la desgracia que muchas veces le acompaño volvería con él en forma de vil asesinato por la espalda cuando veía una obra de teatro. 


No obstante, con su muerte no se fue el hombre, sino que permaneció. Sus acciones fueron gloriosas, aunque no siempre comprendidas, pero sí hay algo que permanece en la memoria de todos los hombres es su su perseverancia hasta alcanzar el éxito, que le llevaría a ser uno de los personajes más trascendentales de la historia: "El camino era difícil y resbaladizo. Resbalé, pero me recuperé, diciéndome que aquello era un resbalón y no una caída".

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