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viernes, 16 de enero de 2015

Clásicos Inmortales: La Vida es Bella

¿Era posible hacer una película dramática con momentos comicos que la hiciera memorable? Benigni no sólo contesto con un rotundo si, sino que alcanzo la perfección cuando rodo esta maravillosa obra, que tiene lugar en unos tiempos bastante dificiles como era la Segunda Guerra Mundial y el racismo nazi para con los judios.


Año 1939. Guido Orefice (Roberto Benigni), un divertido y carismático joven italiano de origen judío, llega a la casa de su tío en Arezzo para trabajar como camarero en su hotel. Allí ve a una bella joven, la cual había conocido durante unos mínutos con anterioridad. Ella es profesora y se llama Dora (Nicoletta Braschi). Él se enamora al instante y hace todo lo posible por conquistarla, llamándola princesa y saludándola alegremente con la frase ¡Buenos días, princesa! cada vez que la ve, pero ella es la prometida de un fascista llamado Rodolfo.

Guido o el fascista perfecto

Un día, al hotel donde trabaja Guido, llega un médico, el doctor Lessing, (Horst Buchholz) que enseguida se hace amigo suyo, ya que los dos son aficionados a las adivinanzas y pasan un tiempo planteándoselas el uno al otro. Cuando en el hotel se celebra la fiesta de compromiso de Rodolfo y Dora, Guido le confiesa sus sentimientos por ella. 


Dora, que realmente nunca ha estado enamorada de Rodolfo, se va con Guido en su caballo pintado en verde ante la perplejidad de todos, incluida la madre de ella. Mientras todo esto ocurre, el avance fascista es muy evidente: el negocio del tío de Guido y su caballo aparecen frecuentemente cubiertos con pintadas y mensajes antisemitas. La cosa se acabara recrudenciendo con el estallido de la guerra.
Seis años después, en 1945, Guido y Dora están casados y tienen un hijo, llamado Giosuè (Giorgio Cantarini). A pesar de la guerra y de la invasión nazi de Italia, siguen siendo felices. Guido abre una librería y Dora continúa con su trabajo como profesora. 


El día del cumpleaños del niño, Guido, su tío y Giosuè son detenidos debido a su origen judío y subidos a un tren rumbo a un campo de concentración. Dora va a enterarse de lo ocurrido y, aunque no es judía, exige subir también al tren para permanecer junto a su familia. Sin embargo, al llegar al campo, los hombres y mujeres son inmediatamente separados y el tío de Guido y muchos otros son enviados directamente a las cámaras de gas, ya que no se les considera útiles para trabajar. 
Guido oculta a su hijo la terrible situación que están viviendo, haciéndole creer que todo es un juego. Éste consiste en que deben ganar puntos, y el primero que gane 1000 conseguira un tanque auténtico. También le dice que si llora, pide comida o quiere ver a su madre, perderá puntos, mientras que si se esconde de los guardias del campo ganará puntos extra.
 

Guido usa esta fantasía para justificar la  cruda realidad que les rodea. Es por eso que le dice al niño que los guardias los tratan mal porque quieren el tanque para ellos y el número cada vez menor de niños (que realmente estan siendo asesinados) se debe a que están escondidos para ganar puntos. 

El sufrimiento de Dora por no poder ver a su familia

Guido consigue convencer a Giosuè para que no quiera marcharse diciéndole que van en cabeza y sólo necesitan un poco más de tiempo para volver a casa con el ansiado tanque. A pesar de estar rodeados de horror y muerte, Giosuè acaba creyéndoseño todo gracias a la convincente historia que le cuenta su padre y a su propia inocencia. Su inocencia de niño.
Un día, Guido se encuentra con el médico que conoció en el hotel, convertido en oficial de las SS, que está seleccionando a los prisioneros que serán enviados a las cámaras de gas. Al ver a Guido, le reconoce y no le envía a las cámaras, y hace que trabaje como camarero en una cena que van a celebrar los altos mandos militares. Guido aprovecha para llevar a su hijo con él y sentarle en la mesa de los niños para que por un día coma bien.

Hay que ganar ese tanque

Una noche se observa un gran revuelo en el campo, y Guido comprende que se debe a que los alemanes se están retirando a causa de la llegada de los Aliados, ya que la guerra ha terminado. Los alemanes quieren asesinar a todos los prisioneros antes de que los Aliados los liberen, y Guido ordena a Giosuè que se esconda hasta que todo se calme. Mientras, él va en busca de Dora para marcharse todos juntos. Sin embargo, no la encuentra y es detenido y fusilado por uno de los guardias, siempre sin perder la sonrisa cuando ve que su propio hijo escondido durante ese tiempo, lo observa cuando los nazis se lo llevan para ejecutarlo. 


A la mañana siguiente, los alemanes han huido y los prisioneros supervivientes consiguen salir del campo. Giosuè sale de su escondite, viendo como frente a él se acerca un tanque, que es conducido por los militares estadounidenses. Ellos lo suben al bordo del mismo.Por el camino, junto a todos los prisioneros libres, Giosuè encuentra a su madre y se reúne con ella, contento porque su padre tenía razón: habían ganado el tanque.


Emotiva historia, dramatica a la par que comica, que ha perduraro como una de las mejores películas de los años 90. Una obra en la que la ternura, la sonrisa y la tragedia se entremezclan, haciendo que este film se ganará el corazón de muchos cinéfilos. Portentosas intepretaciones, con un Benigni grandioso (con un cierto aire entre comico y dramatico, muy al estilo Chaplin) y una banda sonora maravillosa.

Ficha

Dirección
Roberto Benigni
Producción
Elda Ferri
Gianluigi Braschi
Guión
Roberto Benigni
Vincenzo Cerami
Música
Nicola Piovani
Maquillaje
Shirley Noriko
Fotografía
Tonino Delli Cali
Montaje
Simona Paggi
 
Otros datos

País
Italia
Año
1997
Género
Drama, Comedia
Duración
116’
 
Protagonistas

Actor
Personaje
Roberto Benigni
Guido Orefice
Nicoletta Braschi
Dora
Giorgio Cantarini
Giosuè Orefice
Giustino Durano
Eliseo Orefice
Horst Buchholz
Doctor Lessing
Sergio Bustric
Ferruccio Papini
Marisa Paredes
Madre de Dora
Amerigo Fontani
Rodolfo
Pietro De Silva
Bartolomeo
 
Premios
Oscar

Categoría
Persona
Oscar a la Mejor Película de Habla no Inglesa
-
Oscar al Mejor Actor
Roberto Benigni
Oscar a la Mejor Banda Sonora
Nicola Piovani

BAFTA

Categoría
Persona
BAFTA al Mejor Actor
Roberto Benigni

David di Donatello

Categoría
Persona
David di Donatello a la Mejor Película
-
David di Donatello al Mejor Director
Roberto Benigni
David di Donatello al  Mejor Actor
Roberto Benigni
David di Donatello al Mejor Guión
Roberto Benigni
Vincenzo Cerami
David di Donatello a la Mejor Fotografía
Tonino Delli Colli
David di Donatello al Mejor Vestuario
Danilo Donati
David di Donatello al Mejor Productor
Elda Ferri
Gianluigi Braschi
David di Donatello al Mejor Diseño de Producción/Escenografía
Danilo Donati
 
Cesar

Categoría
Persona
Cesar a la Mejor Película Extranjera
-

Goya

Categoría
Persona
Goya a la Mejor Película Europea
-

Festival de Cannes

Categoría
Persona
Premio Especial del Jurado
-

Banda sonora


Instrucciones del juego

 
Hasta siempre, hijo


¡Hemos ganado!

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