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lunes, 12 de mayo de 2014

El pensamiento político de Aristóteles

Muchos conocen quién es Aristóteles, un gran filosofo griego, discípulo de Platón, cuyas ideas revolucionaron el mundo y que fue maestro de Alejandro Magno. Sin embargo, de entre todas sus ideas, me voy a centrar en el que tiene que ver con el pensamiento político.


Primeramente, Aristóteles nos viene a decir que el hombre es un animal político, lo que podríamos definir en la actualidad como un ser social, que tiene relaciones con otros seres formando un carácter que derivara en el modelo organizativo que llamamos Estado, que no surge como un pacto, sino por la asociación de diversos seres humanos con una lengua o un pasado en común. Aristóteles le da mucha importancia a la lengua como medio para relacionarnos con otros seres y que con ella alcanzamos una memoria colectiva, creando un conjunto de leyes que diferencian lo permitido de lo prohibido.


Aristóteles diferencia entre seis formas de Gobierno de las cuáles tres son antagonicas de otras tres. Los regímenes políticos que buscan el bien común (puros) son:
  • Si gobierna una sola persona: monarquía. Dicha persona sera la más virtuosa de la polís.
  • Si gobiernan pocas personas: aristocracia. Es parecida a la anterior, sólo que en ésta gobiernan un grupo de virtuosos.
  • Si gobiernan muchas personas: república. Ésta es la mezcla entre una oligarquía (gobierno de los ricos) y una democracia (gobierno de los pobres). Un ejemplo de este modelo de Gobierno en la antigüedad es la República Romana, que fue revocada con el ascenso al poder de Julio César.
Por otra parte, las degradaciones de estos regímenes políticos se traducen en:
  • La degradación de la monarquía es la tiranía. Se corre el riesgo del abuso de poder de uno sobre el resto.
  • La degradación de la aristocracia es la oligarquía. Se corre el riesgo de que una clase social impere sobre la otra.
  • La corrupción de la democracia es la demagogia. Estrategia, muy utilizada en la actualidad, en la que se hace uso de prejuicios, miedos infundados o esperanzas para obtener el poder.
Evidentemente, la línea que separa la virtud de la degradación propuestas por Aristóteles es muy fina. Para el filosofo, elegir una de los tres regímenes puros dependera del contexto histórico y social. En la actualidad, a pesar de la importancia histórica de las ideas aristótelicas, en la práctica, todos y cada uno de los regímenes puros como malos propuestos por él, son netamente malos, teniendo en cuenta la perversidad del hombre. Lo terrible es que muchas de las denominadas degradaciones se sigan aplicando en Estados supuestamente democráticos.

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