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lunes, 21 de febrero de 2022

El Emperador y el tributo del halcón maltes

Esta historia inspiraría a Dashiell Hammett, al que podríamos considerar el padre de la novela negra para su obra "El Halcón Maltés", que en el cine todos conocimos por aquel Sam Spade interpretado por Bogart y dirigido por John Huston (curiosamente su opera prima), aunque no fue la primera adaptación de dicha obra. 
 

La muy reconocida Soberana Orden Militar y Hospitalaria de San Juan de Jerusalén, de Rodas y de Malta, conocida generalmente como Orden de Malta, es una orden religiosa (y digo "es" porque aún existe como tal) fundada en el siglo XI en Jerusalén por comerciantes procedentes de Amalfi (una  comuna y archidiócesis de la región de Campania en la orilla del golfo de Salerno, a unos kilometros de Nápoles). Estamos en la época de las cruzadas y como tantas otras ordenes de carácter religioso, su misión era el cuidado de peregrinos en sus hospitales, aunque también entraron en combate. Por aquel entonces, su centro de operaciones (por así decirlo) estaba en la isla griega de Rodas.
Muchos años pasaron y en 1522, la orden fue expulsada por Solimán el Magnífico y ocho años después, concretamente el 23 de Marzo de 1530, el Emperador Carlos V les cedía la Soberanía sobre la isla de Malta, junto con la isla de Gozo y Trípoli. El Emperador puso una serie de condiciones para que aquella cesión siguiera tendiendo efecto cada año. La que pasaría a la historia como Orden de Malta debía seguir con su lucha fiel a la religión católica y a sus ideales, reconociendo vasallaje al César Carlos, entregandole todos los años a él y sus sucesores del Reino español un halcón como tributo: un halcón maltés.


Cada año, por el día de Todos los Santos, un halcón maltés adiestrado para la cetrería era entregado. Tras la muerte de don Carlos, el halcón era recibido por el Virrey de Sicilia, entregandose en Siglos posteriores al Rey de España. Dicho tributo fue hecho efectivo por los caballeros de la Orden de Malta durante más de dos siglos y medio, hasta que en 1798 Napoleón los expulsó de la isla.
 

En la novela se habla de dicha tradición, aunque se hace con referencia exclusiva al tributo a Carlos V (y no sus sucesores) y, según la novela, éste no consistía en un halcón vivito y coleando, sino en una especie de escultura cubierta de rubíes y piedras preciosas (que despertaban la codicia de todos). Lo cierto es que el verdadero halcón maltés no estaba hecho precisamente del material con el que están hechos los sueños.

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