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domingo, 25 de octubre de 2020

La saga nibelunga de Fritz Lang y Thea von Harbou

Fritz Lang venía de rodar un increíble exito como el doctor Mabuse cuando a él y a su esposa, la guionista Thea von Harbou, le encargaron una obra magna que acabaría por convertirse en una de las más extraordinarias epopeyas filmicas del cine alemán de entreguerras: Los Nibelungos.
 
 
Antes de nada, un poco de historia/mitología: los nibelungos son un pueblo mitológico procedente de las leyendas germanicas gobernado por el Príncipe Nibelung, siendo éstos unos seres que vivían en las profundidades de la tierra, dedicandose a la extracción de metales. Poseían un gran tesoro que se encontraba en el fondo del río Rin. Por su parte, el Rey tenía un anillo que presentaba poderosas propiedades mágicas, aunque atraía la desgracia a su poseedor. Sigfrido, es uno de sus héroes más representativos, siendo muy conocido que al matar a un dragón y bañarse con su sangre se volvió invulnerable (recuerda un poco a la invulnerabilidad de Aquiles con su baño en la laguna Estigia). Todas estás historias pertenecían al acervo popular basado en los relatos que se contaban de boca en boca hasta que alguien anónimo compusó el poema épico "El Cantar de los Nibelungos" del Siglo XII y que mezclaba historias paganas como las de los nibelungos, asociandolas a un concepto cristianizado propio de la época y que bien tuvo su inspiración en hechos históricos mezclandolos con las leyendas germánicas. 
 
 
La historia de los nibelungos fue parcialmente olvidada hasta que el romanticismo (Siglo XIX), muy proclive a exaltar determinados hechos y personajes reales, así como las mitologías y creencias ancestrales, comenzo a poner toda su atención en los seres mitológicos procedentes de las leyendas nordicas y alemanas. Uno de los que hizo mucho por el resurgimiento de ese interes fue el escritor y filólogo alemán Wilhelm Grimm con su obra "Las Leyendas históricas alemanas". Luego llegaría el gran Richard Wagner, gran estudioso, conocedor y divulgador con sus obras de la cultura alemana y nordicas, que compusó un ciclo de cuatro óperas titulado "El Anillo del nibelungo": "El Oro del Rin", "La Valquiria", "Sigfrido" y "El Ocaso de los Dioses".
 
Richard Wagner

Estos dos parrafos (que no digo que no sean grandes) son el contexto perfecto para relatarles las fuentes literarias basadas en historias mitológicas en las que se basaron Lang y von Harbou para componer la obra magna que sería Los Nibelungos. Para ello contaron con un equipo técnico prodigioso (la escena del dragón en sumamente extraordinaria para la época), unos momentos sumamente brillantes y oscuros a partes iguales, aparte de un elenco actoral que los alemanes conocían muy bien (Paul Richter como Sigfrido, Margarete Schön como Krimilda, Hanna Ralph como la Reina Brunilda, Hans Adalbert von Schlettow como Hagen, Theodor Loos como el Rey Gunter o Rudolf Klein-Rogge como Atila).
 

La obra es sumamente larga (algo más de cuatro horas), por lo que se dividió en dos partes: "Die Nibelungen: Siegfried" ("Los Nibelungos: la Muerte de Sigfrido") y "Die Nibelungen: Kriemhilds Rache" ("Los Nibelungos: la Venganza de Krimilda").  Ambas obras tienen lugar en el Reino de Burgundia, estando dividida en cantos, resaltando indudablemente la cultura germánica, destacando que al  inicio de ambas hay una dedicatoria ("al pueblo alemán"). Es evidente que la combinación de Lang y von Harbou (gran conocedora y admiradora de las leyendas germánicas) propició el exito de unas películas que pasan por ser lo mejor del cine alemán y que merecen ser resaltadas.

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