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lunes, 27 de julio de 2020

21 años después... ¡campeones de Liga!

Parece mentira tratándose del Real Madrid, pero hasta el fichaje de Di Stéfano, el club blanco sólo había ganado dos Campeonatos de Liga y teníamos que remontarnos hasta la época de la II República cuando ya no tenía título de Real (añádiendose al escudo una banda morada) para recordar a un equipo madridista campeón, contando en ese momento con un trío defensivo demoledor (Zamora, Ciriaco y Quincoces), uno de los mejores interiores de la historia del fútbol español (Luis Regueiro) y su primer máximo goleador (Olivares). Mucho tiempo había pasado...


Desde ese lejano 1933 hasta 1954, el club consiguió 4 Copas. Las dos primeras fueron ante Valencia y Barcelona antes de la terrible guerra civil (todas las guerras y más entre compatriotas son terribles) y las dos últimas en plena posguerra, ya con el título de Real, con don Santiago Bernabéu de Presidente y de forma consecutiva ante un equipazo como el Valencia tricampeón de Liga (el de los Mundo, Epi, el exmadridista Lecue y el Bala Roja Gorostiza, el cual vivía una segunda juventud a orillas del Turia) y el Español de Barcelona. También se había sido subcampeón, precisamente ante el Español en una final del 40 donde destacó el tremendo calor y ante el Atlético de Bilbao con gol de Zarra, tras la histórica semifinal ante el Barcelona con aquel 11-1.

Real Madrid 3-1 Valencia (Copa 1946)


Real Madrid 2-0 Español (Copa 1947)


Aparte de eso, consiguió en 1947 la Copa Eva Duarte, denominada así porque fue donada por la propia Evita en su viaje a España, siendo el antecedente directo de la Supercopa de España, ya que la jugaban los campeones de Liga y Copa, con la diferencia es de que era en campo único. La primera edición la ganaron los blancos, tras remontada al Valencia, por 3-1, consiguiendo los dos goles victoriosos en la prórroga. Un año antes de la llegada de Di Stéfano ganaron la denominada Pequeña Copa del Mundo, organizada por la Federación Venezolana de Fútbol y a la que la FIFA, UEFA Y Conmebol han pretendido quitarle oficialidad. Fueron campeones tras una liguilla en la que compitieron contra el Botafogo brasileño, que fue subcampeón, el Millonarios colombiano y la Salle venezolano.
En esos 18 años de sequía (aunque 21 si contamos la mencionada guerra civil) el club blanco había pasado muchas cosas y casi todas malas, no necesariamente desde el punto de vista deportivo.

La parada de Zamora (final.Copa 36)

Ya antes de la guerra podía haber ganado alguna Liga, pero los errores al final lo lastraron. Primero con el Betis de los vascos en el 35 y después en clara pugna con su rival bilbaíno en el 36. Durante la guerra,el club fue incautado por el Gobierno republicano, poniendo al frente a políticos y sindicalistas, mientras el Barcelona evitó que el club blanco jugase el Campeonato Catalán, algo que habría supuesto un alivio para las arcas madridistas (para saber más...)
Bernabéu se enfadaba muchísimo cuando le decían que el club blanco era el club del régimen cuando la realidad es que el Madrid fue una entidad asociada al bando republicano y, de hecho, algo que se supo después es que el franquismo estuvo literalmente a punto de cargarse a la institución porque estaba llena de "rojos y masones", gente peligrosa para la dictadura. Se sugiere que don Adolfo Meléndez, militar y expresidente de la entidad, evitó tal cosa (para saber más...).
En cuanto al papel en esos años ligueros fue entre "falto poco para ganar" hasta "casi descendemos". No estoy bromeando: en la 1941/42 quedaron segundos a 7 del Valencia, mientras en la 1944/45 también quedaron segundos... ¡a un punto del Barcelona!

El gran capitán Ipiña

El equipo solía empezar bien, pero a mitad de temporada flojeaba con decepcionantes  terceros, cuartos y quintos puestos o en mitad de la tabla luchando por no descender. Tras la inauguración del nuevo Chamartín (uno de los primeros grandes proyectos de Bernabéu) se decía entre la afición que "tenemos un estadio de primera y un equipo de segunda". Ese año de 1947 precisamente se estuvo a punto de descender. Quedaron en el puesto once, empatado con el que jugaría la promoción ese año (a diferencia del Barcelona, los blancos nunca la disputaron), ganando en la última jornada al Real Oviedo con dos goles de Pruden en su última contribución como blanco.

Real Madrid 3-1 Atlético de Madrid (1945)


Real Madrid 4-1 Atlético de Bilbao (1945)


Real Madrid 2-1 Barcelona (1946)


No todo evidentemente eran cosas malas y, de hecho, hubo curiosidades. Un ejemplo: el Real Madrid llegó a evitar en la temporada 1946/47 que el Atlético de Madrid fuese campeón de Liga en la última jornada ganando 2-3 en el Metropolitano con remontada incluida sin jugarse nada (finalmente quedaron séptimos) con tres goles de Pruden, que precisamente fue máximo goleador con el Atlético cuando estos llevaban las alas del ejército de aviación. Precisamente los blancos jugaron un tiempo como local en  el Metropolitano cuando se estaba construyendo el nuevo Chamartín (los rojiblancos en su momento también actuaron como locales en el estadio madridista mientras se arreglaba un Metropolitano inservible tras la guerra).

Inauguración Nuevo Chamartín


También fue sorprendente la idea del Secretario Técnico del club, antiguo portero de la entidad en los primeros años 20 y prohombre del madridismo durante los 30 y 40, Pablo Hernández Coronado, el cual se encargaba de hacer las alineaciones (mientras el inglés Alexander Keeping se encargaba de entrenar a los jugadores) de que hubiese dos onces: uno para casa y otro para jugar a domicilio. Dicha idea tuvo lugar en la temporada 1948/49 y, tras la derrota en Riazor, se constató que no funcionaba. En la siguiente jornada el Real Madrid ganó en un abarrotado Chamartín al Barcelona por 6-1. El siguiente año no se pudo fichar a Kubala en clara pugna por su fichaje con el Barcelona donde hubo de todo: desde tintes políticos (Lazly era un evadido de la Hungría comunista que jugaba con otros como él en un equipo hecho a su medida: el Hungaria) hasta familiares (Kubala quería imponer como entrenador a su cuñado Ferdinand Daucik como entrenador, algo que Bernabéu no aceptó). El régimen aprovechó políticamente la situación política de Kubala realizando una película donde se nos relataba la huida del jugador húngaro del terror comunista. La obra en cuestión se titula "Los Ases buscan la Paz". Por otro lado, a pesar de todo, Bernabéu tuvo una excelente relación con Lazly, algo que se demostró en una situación que el futbolista agradeció toda su vida al padre de la patria blanca (para saber más...).

Pablo Hernández Coronado 

Todo eso mientras se imponían los dorsales en los jugadores. Cuando éstos no existían pasaba muy a menudo que se confundiera el anotador de determinado gol o incluso que un árbitro expulsase al futbolista equivocado. El Real Madrid fue también pionero en eso. Al inefable Hernández Coronado se le ocurrió dicha idea, poniendo número a los jugadores del 1 al 11. El primer partido con dorsales fue contra el Atlético de Madrid, perdiendo los blancos por 5-0, diciendo los colchoneros con sorna que habían ganado por Ortiz a cero, ya que ese era el apellido del jugador madridista que llevaba el dorsal número cinco (para saber más...).

Pahiño, máximo goleador 

A nivel internacional poco que hablar. La Copa Latina sólo la jugaban los campeones de las principales Ligas latinas (España, Portugal, Francia e Italia), aunque podemos destacar la resonancia que tuvo la victoria  en el Metropolitano el día de Navidad de 1947 (se tuvieron que esperar para apartar la nieve) contra un equipazo como el San Lorenzo de Almagro por 4-1 (con una extraordinaria actuación del capitán blanco, Ipiña) y por 1-0 al Milán en 1949. Años después, el Real Madrid jugaría las semifinales de la primera edición de la Copa de Europa contra el club italiano. La entidad presidida por Bernabéu fue alabada por esas victorias, muy especialmente por la conseguida ante los argentinos, los cuales vapulearon a todos sus adversarios de esa gira española (el capitán de los argentinos llegó a decir que doblarian el resultado que habían tenido contra los colchoneros a los que habían ganado 4-1. La arenga de Ipiña a sus compañeros para contrarrestar las bravatas argentinas surtió efecto). A ese nivel tampoco podemos olvidar las fastuosas Bodas de Oro del club aderezada con el famoso triangular entre madridistas, Norrköping sueco y los colombianos del Millonarios con aquella extraordinaria Saeta Rubia. Gran parte del éxito de todos aquellos actos se lo debemos a un entonces desconocido joven llamado Raimundo Saporta, el cual comenzó como tesorero para acabar a la muerte de Bernabéu siendo vicepresidente.

Real Madrid 4-1 San Lorenzo de Almagro (1947)


Real Madrid 1-0 Milán (1949)


Real Madrid 2-4 Millonarios (1952, Bodas de Oro)


El club en ese periodo no tenía malos jugadores precisamente, pero le faltaba un líder que levantase los ánimos cuando las cosas se ponían feas. Además del mencionado Pruden, el club contó con el portero Bañón, Barinaga, Huete, el Capitán Ipiña, Corona, Moleiro, Alday, Clemente, Pahiño (que fue máximo goleador) y ya en las últimas etapas con Molowny (el primer gran fichaje de Bernabéu), Olsen, Miguel Muñoz, Juanito Alonso y Joseito entre otros, los cuales formarían parte del equipo que lideró Di Stéfano. Pero... ¿qué cambió con la Saeta Rubia en el césped?
Precisamente el saber sufrir cuando La moneda no salía de cara. Di Stéfano, tras la confrontación Madrid-Barcelona que tantos ríos de tinta hizo correr (para saber más...) debutó en la jornada tercera ante el Santander con un 4-2, haciendo el argentino el tercero y el primero de sus muchos goles de blanco. El entrenador era Quique Fernández, el cual ya había triunfado como entrenador del Barcelona.
Tras la derrota en Nervión ante el Sevilla de Arza, los blancos le hicieron una manita al Barcelona en Chamartín con un juego vertiginoso que hacia tiempo que no se veía. Dos goles de Di Stéfano, dos de Olsen y uno del mangas parecían certificar que los blancos era candidato a la Liga.

Real Madrid 5-0 Barcelona (1953)


La pájara de mediados de temporada llegó. Una victoria por la mínima ante Español, tres salidas empatando (Osasuna, Santander y Coruña), una derrota (Bilbao) y dos victorias por la mínima (Oviedo y Sevilla) en Chamartín antes de visitar Les Corts donde, a pesar del gol inicial de Di Stéfano, se cayó con estrépito por 5-1. El Barcelona empataba con 30 puntos. El partido siguiente ante el rival rojiblanco era vital, pero ya nada era lo mismo. Pareciese que Di Stéfano habia contagiado su espíritu de lucha a los demás hasta el punto de que muchos de aquellos que hasta hace nada se hundían ante la más mínima derrota, creían en la victoria.

Real Madrid 2-0 Uruguay


Ante rojiblancos: al gol inicial de Silva, respondió Di Stéfano. Sería un gol con el tacón de la Saeta Rubia el que daría la victoria a los blancos, consiguiendo el liderato en solitario tras la derrota por la mínima de los azulgranas en Pamplona. Después de sendas victorias en Atocha ante la Real Sociedad (3-6) y Real Jaén (6-0) en Chamartín con una derrota azulgrana en Santander (4-3) recuperando la distancia de cuatro puntos, los blancos visitaron el José Zorrilla. En una tarde desgraciada del portero Pazos (lo cual le costaría primero la titularidad y después la salida del club) en 6 minutos los locales pasaban de ir perdiendo por 1-3 a ganar 4-3. 
Una victoria por 4-0 ante el Real Gijón con tres goles de Di Stéfano y una derrota por la mínima de los azulgranas en la Coruña hizo que volviera la distancia de cuatro puntos. El tan ansiado alirón podía haberse cantado en Vigo, pero se tuvo que esperar una semana, el partido ante el Valencia de Wilkes.
Ese 18 de Abril de 1954 fue apoteósico. Un Di Stéfano supersónico anotó dos goles casi seguidos. Ya en la segunda parte, Olsen anotaba el tercero y en una grada que ya gritaba el "campeones, campeones" se cantaba el cuarto gol, el tercero de la cuenta de un Di Stéfano que lo había cambiado todo. Ya daba igual lo que hiciera el Barcelona, que estaba perdiendo 1-4 contra el Español en les Corts. Di Stéfano seria el máximo goleador del campeonato con 27 goles, cuatro por encima de Kubala y nueve más que Wilkes.


Tras 21 años de sinsabores y frustraciones varias, el Real Madrid volvía a ganar un campeonato de Liga, algo que desató la euforia entre los aficionados que ondeaban la bandera blanca por las calles de Madrid subidos a los coches (muy lejos de las muy posteriores celebraciones multitudinarias) y con las pitas resonando. Por todos y cada uno de los años de espera, tal explosión de alegría merecía la pena.

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