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viernes, 29 de noviembre de 2019

Dentro del cuerpo: Rayos X (La incógnita)

Los había hallado. Parecía imposible. Apenás tenía recursos y ahí estaban. Todo había comenzado con los trabajos del científico británico William Crookes años atrás con su tubo de Crookes. La imagen de lo que había más allá de la propia imagen. La radiación era inmensa, pero nada comparable a lo que había encontrado y que él hasta entonces ignoraba. 


Llamó a su esposa. Estaba emocionado. Sin embargo, había caído en que no tenía a nadie con el que probar lo que había descubierto. Sólo estaban él y su esposa Anna, la cual se ofreció para un experimento que cambió la historia de la ciencia y, en definitiva, de la humanidad. Una mano, sólo una mano...


El físico prusiano (de nacimiento) Wilhelm Conrad Röntgen, usando placas fotográficas para demostrar que los objetos eran más o menos transparentes, realizó algo histórico: la primera radiografía humana y para ello la mano de su mujer, la cual se quedó asombrada (al igual que él) de ver su mano como si de un cadaver se tratara, sólo tapado parte de un dedo por su anillo de casada. Por fin veíamos lo que había dentro del cuerpo humano vivo; lo que tanto habíamos visto en los cadaveres: los huesos.


Sin embargo, Röntgen no sabía ante lo que estaba (y que salvaría muchas vidas). Los llamó "rayos incógnita" o "rayos X" y es que para el era un misterio de donde venía esa fuerza poderosa (sólo que eran generados por los rayos catódicos al chocar contra ciertos materiales). A pesar de los descubrimientos posteriores sobre su naturaleza, se decidió que conservaran el nombre de la incognita. Una X en la historia que comenzó con la mano de aquella mujer presentandose a lo por aquel entonces desconocido. 
PD: era el año 1895 y tal descubrimiento le valdría ser en 1901 el primer ganador del Premio Nobel de Física. En Europa Central y Europa del Este, los rayos se llaman rayos Röntgen.

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