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martes, 18 de junio de 2019

Cortesana y culta

Nos hallamos en la Venecia del Siglos XVI. Verónica Franco era una mujer de  bastisima cultura gracias a su madre. Antes de su nacimiento, Paola Fracassa, su madre, era una cortesana que, al casarse, abandonó su antiguo oficio, lo que la permitió dar a su hija, nacida unos años antes, una buena educación, ya que concertó matrimonio con el médico Paolo Panizza en 1563, un hombre dado a la bebida y al juego, algo que propició la separación del matrimonio.


Por lo que nos es muy conocida es por su labor de cortesana (honesta), un mundo en la que le introdujó su madre y es que a nadie se le escapa es que estás mujeres se acostaban con los hombres más poderosos del momento, por un modico precio, conociendo además los asuntos más turbios de un Estado. En el libro donde se documentan las 215 cortesanas más famosas de Venecia, el "Tariffa delle Puttane" de 1572, Verónica aparece junto a su madre, teniendo ambas la misma tarifa: dos escudos por noche. Verónica llegaría a ser la más exitosa de las cortesanas (honestas) de la República de Venecia con relaciones con hombres importantisimos como senadores, cardenales y académicos, llegando su fama hasta la mismisima Francia. Se dice que fue amante del Rey Enrique III.

Representada como Dánae

Tampoco sería justo. Más allá de su labor en la corte, Verónica, mujer de extraordinaria sensibilidad, escribió y publicó dos poemarios: "Terze Rima" en 1575 y "Lettere Familiari a Diversi" ("Cartas Intimas y Variadas" en italiano) en 1580, editado por ella misma, recogiendose su correspondencia con personajes de la época; un documento valioso para conocer la sociedad veneciana del momento. 


Verónica fue una de las muchas cortesanas favorecidas por el bien momento económico que vivía Venecía y que se vieron perjudicadas con la peste negra que asoló la República y que le hizo irse, perdiendo muchas de sus posesiones, que fueron objetos de saqueos. Antes de eso, gracias a su éxito tanto en la corte como en el noble arte de la palabra escrita, Verónica fundó una beneficencia para cortesanas y sus hijos. Después se le acusaría de brujeria (algo por otra parte habitual en el caso de las cortesanas), siendo asbuelta. 
A partir de ahí su vida es algo oscura y poco sabemos de una mujer de la que se cree murió en la pobreza no sin antes dejar lo poco que tenía a las cortesanas que aún ejercían, muriendo con 45 años. 


Verónica Franco fue un caso curioso en una época renacentista en la que las cortesanas pudieron trascender la barrera entre las posibilidades sociales de la esfera privada de las mujeres con una amplia cultura y la esfera pública masculina, aunque eso llevara a que de ellas se hablara de forma inmisericorde. El caso es que Verónica fue una mujer de gran cultura e interesante.

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