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jueves, 30 de mayo de 2019

De entrada NO... y luego SÍ

Fue un 30 de Mayo de 1982 cuando España se convertía en el miembro número dieciséis de la OTAN (Organización del Tratado del Atlántico Norte). El ingreso suponía la unión al sistema de alianzas defensivo encabezado por los Estados Unidos de América en plena guerra fría. 


España ingresó en la misma no sin cierta polémica. El Gobierno ya había iniciado conversaciones para su incorporación desde 1980 con Suárez todavía como Presidente, pero sería Calvo-Sotelo el que lo llevaría a la práctica, ignorandose la Declaración Programática del año 1977 en la que se decía que cualquier decisión en ese sentido debería tomarse tras un profundo debate en el Congreso de los Diputados. 


Los más críticos fueron los sectores de izquierda liderados por el PSOE y el PCE, muy antimitaristas y contrarios a las políticas estaounidenses, incluso el PSOE llegó a sacar el lema de "La OTAN de entrada no", exigiendose un referéndum, pero...


Pasaron 4 años con Felipe González ya en la Presidencia, el cual se encargó de convocar un referéndum de permanencia en la OTAN, siendo su posición (la del PSOE) favorable está vez a la permanencia en el organismo. La excusa fue que se habían puesto tres condiciones a la OTAN: la no incorporación a la estructura militar, la prohibición de instalar, almacenar o introducir armas nucleares y la reducción de las bases militares norteamericanas. Lo cierto es que a nadie le entraba en la cabeza tal giro (se piensa que las criticas a la entrada en la OTAN fue otra estratagema del PSOE para hacerle la oposición a una cada vez más debilitada UCD) y una parte del socialismo no lo entendíó y Fernando Morán, Ministro de Asuntos Exteriores, dimitió. La bandera anti-OTAN se la quedó el PCE: Finalmente ganó la permanencia en la OTAN con un 56,85 % frente a un 43,15% que dijo que no.

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