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jueves, 4 de abril de 2019

¡¡¡Piratas a la vista!!!

Imaginense lo que significaba para los viajeros de Siglos muy anteriores al nuestro encontrarse con un barco donde estuviese ondeando la bandera pirata. Ni que decir que no es que tan sólo se viesen abocados a perder sus posesiones materiales, sino su propia vida. Ríos de sangre corrían en el mar cuando un barco pirata abordaba un navío. 


El nombre de lo que conocemos como bandera pirata era (y es) Jolly Rogers, término de origen incierto, cuya simbología era la clásica calavera con dos huesos cruzados, pero lo cierto es que había variantes. Así Jack Rackham conocido como Jack el Calicó y Thomas Tew utilizaban variaciones con espadas y Edward Teach que pasó a la historia como el tristemente conocido Barbanegra usaba un esqueleto sosteniendo un reloj de arena en una mano (representando a la muerte y la inminencia de la misma con el mencionado reloj de arena) y un dardo o lanza en la otra, mientras al lado de la misma estaba un corazón sangrante. 

El terrible Barbanegra

Aunque bien pudiera parecer que el hecho de avisar al barco al que se iba a atacar fuera una mala idea dado que se alertaba sobre las inteciones (pudiendo escaparse el objetivo, aparte de que podrían tener ordenes de disparar a todo aquel navío que portase dicha bandera), lo cierto es que esto servía más como una especie de guerra psicologica en la que el navio a ser abordado tenía todas las de perder ante los fieros piratas. 


De hecho, tras izarse la bandera pirata, los abordados ya podían darse por muertos hasta el punto de que la reputación de esta "simple bandera" era tan sanguinaria que un pirata que lanzase al viento la Jolly Roger podría intimidar la tripulación enemiga, obligandoles a rendirse sin disparar ni un solo cañonazo. Si un barco comandado por un capitán lo suficientmente chiflado (y hubo algunos) decidía resistirse, la Jolly Roger era recogida, izandose al momento la bandera roja, indicando que los piratas iban a tomar el barco por la fuerza, sin mostrar compasión alguna al grito de "¡No se perdonará una vida, no se harán preguntas!".

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