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viernes, 1 de marzo de 2019

Nada más que misería

"Dos caras, como algunas personas tiene la Parroquía de San Sebastían..."
Así empieza una de las novelas más extraordinarias de don Benito Pérez Galdós, uno de los mejores narradores en lengua española, el cual nos presenta un maravilloso fresco de los bajos fondos madrileños donde la pobreza pululaba a sus anchas con una gran horda de pedigueños en sus calles, contando con con algunos de los más destacados personajes salidos de la mente del viejo escritor canario.


La novela "Misericordia", que bien podría referirse a la popular institución de beneficencia, el Hospital de la Misericordia de Madrid, pero que juega con ese doble sentido para referirse en la asistencia al necesitado y la piedad, algo que encarna la criada y mendiga Benina (a veces llamada "Nina"), ejemplo de caridad, en medio de pordioseros, tullidos, menesterosos y demás desheredados de la tierra del submundo madrileño, aquel que no vemos; que no está ahí, pero que tiene una cara como bien inicía su obra el gran Galdós.


El Madrid que tanto nos mostró Galdós como si fuera un protagonista más de sus novelas, es un espacio emocional que se desmorona poco a poco, rescatando con cariño a personajes como la mencionada Benina, el ciego moro "Almudena" (el pintoresco Mordejai) o una lista de supervivientes burgueses como doña Paca y sus hijos, salvados milagrosamente por una herencia surrealista. Todo ello en medio de mendigos, lisiados y mujeres entradas en la vejez que no les queda otra cosa que pedir en las calles; buscando dinero y quizás un poco de caridad humana. 

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