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domingo, 17 de febrero de 2019

Palas y el Centauro

Los centauros siempre fueron personajes brutales, que sucumben a su instinto animal (salvo la excepción de Quirón). Una de las pinturas que más me fascinaba de pequeño cuando ojeaba la enciclopedia era una que ilustraba la definición de la palabra centauro. Era una mujer con una especie de hacha alargada que parecía acariciar a uno de esos seres. 


Considerada una de las obras profanas de Botticelli, tras pasar un tiempo en Roma, el pintor florentino realizó una gran cantidad de obras que tenían como motivo la mitología griega y una de dichas obras era la de Palas y el Centauro, encargada por Lorenzo di Pierfrancesco de Médici. 
Con un fuerte carácter moral (La sensualidad es vencida por la virtud y la castidad), es una de las grandes obras del autor y aunque no se tiene certeza sobre quién es la mujer que corta el camino al centauro, se tiene asumido que es Palas Atenea, la Diosa de la Razón y la Sabiduría.

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