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lunes, 10 de septiembre de 2018

El "escandalo español" de Gilda

El 14 de Febrero de 1946 se estrenaba "Gilda" en el Radio City Music Hall de Nueva York, una película dirigida por Charles Vidor y protagonizada por Glenn Ford y la espectacular Rita Hayworth, una pareja que despedia chispas en la pantalla, que hizo del film un gran exito comercial. 


Gilda era una película que mezclaba el drama con el cine negro, llena de pasión. Sería el 23 de Diciembre de 1947 (más de un año después de que fuera en los Estados Unidos) cuando sería estrenada a bombo y platillo (la carteleria publicitaria era provocadora y entusiasta) en el madrileño cine Callao. Estabamos en pleno franquismo. 


Desde un principio, la película fue vista con recelo no tanto por su argumento, sino por aquella insinuante Rita, Margarita Carmen Cansino, nacida en Nueva York, aunque hija de un bailador español. Drama romántica, de Amor y odio, el colmo llegó con las canciones cantadas por la propia Rita quitandose de forma sugerente uno de los guantes, algo que muchos consideron literalmene un striptease. Su oscruro argumento (trapicheos, mafiosos, ...) no ayudó nada. 


La película resultó un escandalo, algo que vino aderezado con el hecho de que fue estrenada en plenas navidades, fecha sagrada para los españoles... y llegó practicamente integra, incluyendo los bailes sensuales de Rita y el guantazo de Glenn Ford. La película evidentemente no pudo ser censurada, siendo muy criticada por la curia del momento y aquellas señoras que veían en Rita el pecado hecho mujer. Por supuesto, los hombres, casados y solteros, estaban encantados. Por fuera del cine Callao se llegaron a organizar rezos públicos por las Almas de aquellos que iban a ver a la vertiginosa Rita. 


Tras estrenarse en Madrid, posteriormente llegó a Barcelona, Bilbao, Sevilla, Valencia, Las Palmas, Zaragoza e inmediatamente después en el resto de España (concretamente a partir del 2 de Enero de 1948). Precisamente, el Obispo de Canarias, Antonio de Pildain y Zapiáin, escribió esto:  
"Enterados con profundo dolor de nuestra alma de que durante estos últimos días se ha venido proyectando en el Cine Cuyás de Las Palmas la película “Gilda”, gravemente escandalosa; ante las noticias que a Nos nos llegan de que existe el propósito de exhibirla en otros cines, tanto de pueblos como de la capital, velando por atajar el gravísimo mal espiritual que amenaza a muchas almas de nuestros ciudadanos, y en cumplimiento de uno de los más sagrados deberes de nuestro cargo pastoral, prohibimos la dicha película “Gilda” y os amonestamos, amadísimos hijos, haciendo saber a los empresarios que no la pueden exhibir, y a los fieles que no podrán presenciarla sin gravar su conciencia con pecado mortal. Si alguno hubiera que se mostrara rebelde, sepan que habrán de dar cuenta de su conducta ante el Tribunal de Dios"
Por otro lado, la crítica oficial de la Iglesia, expresada a través de el Boletín Oficial de SIPE, la clasificó con el 4 Grana (peligrosa) y manifestaba lo siguiente:
"Rita tiene un papel de vampiresa a su cargo, que cumple con todas las exigencias (y todos los inconvenientes) del título. Por el argumento y sobre todo por la actuación intrigante y de una sugerencia excesiva de la protagonista, por varias situaciones de gran dureza  y por las abundantes escenas en que impera la inconveniencia y la ligereza de las ropas, “Gilda” es una película moralmente peligrosa"
Afortunadamente no les hicieron caso. Es más, los cines de toda España se llenaron de forma espectacular (¿morbo?). Cuantos más sermones y moralinass, unidos a los rezos de doñas, más personas fueron a ver a la sensual Rita Hayworth.

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