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martes, 3 de julio de 2018

Una castaña pilonga

Sin que sirva de precedente, puedo afirmar que estoy de acuerdo con Clemente: para una decisión que ha tomado Rubiales en el tiempo que lleva como flamante Presidente de la RFEF (lo de "flamante" lo añado yo), ésta es una castaña pilonga. No voy a hacer referencia a los casos parecidos sobre seleccionadores que en pleno campeonato anuncian que se van a un club una vez acabado éste (en 1994 el brasileño Parreira anunció que se iba al Valencia en pleno Mundial, que, por cierto, ganaría Brasil), pero si merece ponerse en cuestión que determinado individuo, cuya única función es preparar Mundiales y Eurocopas, echara a un señor dos días antes de un Mundial, vertiendo además sucias mentiras no ya sólo contra el Real Madrid Club de Fútbol y Lopetegui (algo de por si grave), sino que con su actitud desestabilizó a un equipo que había recuperado la confianza y no es que solamente tuviera posesión, sino que fue el mismo equipo que machacó a plantillas como la italiana con 3 goles y a Argentina con 6. No sólo teníamos el balón; teníamos pegada, algo que casi nunca se tuvo en todo ese circulo glorioso, que incluye un Mundial en el que perdimos con Suiza y ganamos cinco partidos seguidos por la mínima (y pidiendo la hora, por cierto). 


La culpa inicial fue de Rubiales, un tipo que ya debería haber presentado la dimisión, pero que gracias a su nefasta decisión, tiene el favor de la prensa tanto catalana (ese "ole Rubiales" de Sport es elocuente) y la madrileña, cuyo frente antimadridista lo lidera Relaño, un individuo cuyos editoriales han pasado de ser insulsos a insultantes por no decir que son vergonzantes (como él mismo definió a la victoria de la novena Copa de Europa del Real Madrid). Está claro que el odio hacía el Real Madrid es más fuerte que el Amor por la Selección (entrene quien entrene; juegue quien juegue)


Después están unos jugadores nerviosos (les afectó la marcha del entrenador, cansados, ...), que más que disputar un encuentro, estaban en una pachanga con una posesión insulsa (¡Qué juego más aburrido!), que demuestra cuanto daño ha hecho eso del "tiki-taka" (otra castaña), que no fue más que una estupidez avalada por algunos periodistas, que consideraban a Guardiola literalmente el "inventor del fútbol" (A lo mejor los Di Stéfano, Maradona, Pelé y compañía eran unos principiantes al lado de Pep). Yo quiero que mi equipo machaque a los rivales no en posesión, sino en goles (ejemplo: Bayern de Pep 0-4 Real Madrid). 
Afortunadamente, el fútbol español es más que sus directivos y tenemos una hornada de buenos jugadores (Kepa, Odriozola, Asensio, Lucas Vázquez, Williams, ...) que pueden reverdecer no tan viejos laureles. Espero que la prepotencia no se vuelva a imponer (ni que los periodistas impongan su personales criterios) a lo que verdaderamente importa: el fútbol.

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