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viernes, 12 de enero de 2018

Las endemoniadas de Loudun

Este caso de (supuesta) posesión tuvo lugar en el Siglo XVII y no sería tan llamativo si no estuviera protagonizado por unas monjas de la localidad de St-Pierre-du-Marche, en Loudun, ciudad situada en el Poitou, Francia.


En dicha localidad el párroco era desde 1617 Urbain Grandier, un hombre que según cuentan era bien parecido, elegante y refinado, llegando a tener relaciones con varias mujeres de la zona, entre las que se encontraba Philippe Trincant, hija de Louis Trincant, fiscal del Rey en Loudun (muchos aseguran que el párroco era padre del hijo ilegítimo de Philippe). No era extraño en aquellos años (y anteriores) que un cura pudiese tener amantes e incluso hijos (ilegítimos) y es que hasta los Papas los tenían (caso paradigmático el del Papa Borgia). El propio Grandier ya escribió un tratado contra el celibato de los sacerdotes.


Debido a su comportamiento obsceno (para un cura), Grandier tenía numerosos enemigos en la ciudad de Loudun. En 1629 tuvo un enfrentamiento con Jacques de Thibault, agente del Cardenal Richelieu (creo que sobran las presentaciones), el cual pegó al párroco. Grandier marchó a París para denunciar a Thibault ante el rey Luis XIII, pero sus enemigos lo acusaron de inmoralidad ante su superior eclesiástico, el obispo de Poitiers.
En Loudun se llevó a cabo una investigación acerca de la conducta del párroco, dirigida por uno de sus principales enemigos, el fiscal Louis Trincant (ya saben: el padre de una de sus amantes). El 15 de Noviembre de 1629, Grandier fue puesto bajo arresto en Poitiers por orden del Obispo. El 3 de Marzo de 1630, fue condenado a no ejercer sus funciones eclesiásticas durante cinco años en la Diócesis de Poitiers, y durante el resto de su vida en la ciudad de Loudun. Salió de la prisión y apeló al arzobispo de Burdeos. Un año después, Grandier, gracias a sus influencias, logró que le fuera levantada la suspensión, siendo restaurado en su dignidad eclesiástica.


Por esa época el convento de monjas ursulinas de Loundun, fundado en 1626, le había pedido por mediación de la madre superiora a Grandier que se convirtiese en el confesor de las monjas, pero Grandier había rechazado su requerimiento. En 1634 vivían 17 monjas (incluida la superiora).
En el otoño de 1632, las monjas comenzaron a ser testigos de extrañas apariciones supuestamente sobrenaturales, que comunicaron a su director espiritual, el padre Mignon (rival de Grandier y confesor de las monjas). Muchos dicen (y más viendo lo que paso después) que las supuestas apariciones fueron "inducidas" por Mignon para culpar a su enemigo. Mignon enseguida vio en eso la labor del diablo hizo llamar como exorcistas a otros Sacerdotes de las localidades vecinas de Veniers y Chinon.


Comenzaron a exorcizar a las monjas. Durante los exorcismos, varias de las monjas, incluida la superiora, sufrieron violentas convulsiones, chillaron e hicieron proposiciones sexuales a los sacerdotes. Muchas de ellas narraron sueños pecaminosos. La madre superiora fue más allá y reveló que estaban poseídas por dos demonios, llamados Asmodeo y Zabulón, los cuales habían llegado hasta ellas cuando el padre Grandier arrojó un ramo de rosas por encima de los muros del convento.


Los exorcismos se interrumpieron el 21 de marzo de 1633 y las monjas fueron finalmente recluidas en sus celdas, recayendo todas las culpas sobre Grandier, el cual entre sus enemigos tenía al mismísimo Cardenal Richelieu, siendo acusado de brujería. El 18 de Agosto de 1634, Grandier fue condenado a muerte, tras ser torturado y quemado. Siempre juró ser inocente y a pesar de los tormentos, nunca se retractó de ello. Los supuestos episodios de posesión duraron hasta 1637. Tres años después de la ejecución de Grandier.

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