Páginas

domingo, 3 de diciembre de 2017

Anthony Quinn rumbo al éxito

Desde la pobreza más terrible, así se levantaron los Quinn, que en 1919 se habían emigrado desde Méjico a California y después a Los Ángeles en busca de algo de suerte. Su condición de hispanos (aunque el cabeza de familia era de origen irlandes) no les pusó las cosas faciles en un país acogedor de emigrantes de todos los sitios, pero también con muchos prejuicios. De esa forma lo sufrió uno de sus hijos, que vendría al mundo con el nombre de Antonio Rodolfo Quinn Oaxaca. Muchos trabajos tuvo (sobre todo tras la muerte de su padre), pero sería en los 30 cuando empezó a interesarse por eso de la actuación, tras comenzar siendo retratrista de actores conocidos y haber incluso practicado el boxeo e incluso haber trabajado en la construcción. Su primera mujer le abrió su mente (Silvia tenía 17 años más que él) y tras estudiar arte, comenzó como actor de reparto. El joven Antonio con el tiempo anglicanizó su nombre y pasaría a ser conocido como Anthony Quinn.


Incluso en el cine tuvo serios problemas. Estaba muy encasillado en los papeles de tipo duro (la mayoría eran piratas o marinos) o de indio (cosa típica) como en "Murieron con las Botas Puestas". Durante esa época conoció a la hija adoptiva del director Cecil B. DeMille, Katherine, con la que se llegó a casar, a pesar de que el propio cineasta nunca le acepto como yerno, demostrando un cierto clasísmo por parte de un DeMille que como director me encanta, pero que no se comportó como debiera. De hecho, Quinn no pudo invitar a ningún familiar o amigo a su fiesta de boda para evitar a su suegro el "bochorno" de tener que alternar con personas que no pertenecían a su círculo social. Durante los años 40 y 50 seguiría interpretando papeles secundarios, pero en los mencionados 50 sus personajes fueron más reconocidos, alcanzando el estatus que buscaba. 


De hecho gracias a su interpretación como Eufemio Zapata en "¡Viva Zapata!" de Elia Kazan con Marlon Brando consiguió su primer Oscar como Actor de Reparto, lo cual le dio una gran notoriedad y es que Quinn se convertía en el primer actor de origen hispano en ganar la preciada estatuilla. 


En 1953 saltó el charco y viajó a Italia, logrando el papel principal en la película "La Strada" (1954) de Federico Fellini con Giulietta Masina (esposa del propio director), que ganó numerosos premios internacionales. Con esta obra inició una nueva faceta interpretativa, que estuvo marcada por el dramatismo y la intensidad en sus papeles posteriores. 

En Italia

De esta forma llegaron fenomenales interpretaciones en grandes obras (recordadas por muchos) tales como  "El loco del Pelo Rojo" (interpretando al pintor Paul Gauguin, consiguiendo su segundo Oscar como Actor de Reparto) protagonizada por Kirk Douglas, "Los Cañones de Navarone con David Niven y Gregory Peck, "Barrabás" y "Lawrence de Arabia" con Peter O'Toole, Alec Guinness y Omar Sharif. 

Objetivo: los cañones de Navarone

En 1964 realizó el papel que lo marcaría para toda su vida, la interpretación del viejo Alexis Zorba en "Zorba, el Griego" del director chipriota Michael Cacoyannis, por el que fue nominado al Óscar al Mejor Actor Principal. 


A partir de los 80 y 90 aparecería en series o bien realizando cameos, mientras su vida personal se dislocaba con una secretaria que se convertía en su amante, divorcios e hijos posteriormente reconocidos. En 2001 fallecía un actor que pasó de ser un "simple hispano" a ser uno de los más grandes del momento. Anthony Quinn había alcanzado el éxito.

No hay comentarios:

Publicar un comentario