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martes, 28 de noviembre de 2017

Beenhakker o cuando la mejor defensa es un buen ataque

Cuando Beenhakker llegó a España no era un entrenador consolidado, aunque es verdad que había llevado al Ajax de Amsterdam a la senda habitual con esa técnica del fútbol total perdida hacía unos años merced a entrenadores demasiado conservadores. En el Real Zaragoza conseguiría cierta estabilidad, aunque la entrada en competiciones europeas se le resistió. Por eso muchos vieron con un atrevimiento muy grande que Ramón Mendoza lo contratara para dirigir al Real Madrid. Su mejor aval: todos sus equipos se basaban en el ataque.


Sin embargo, lo consiguió con creces. Si Di Stéfano hizo debutar a los de la Quinta del Buitre y Molowny les llevó a sus primeros éxitos, Beenhakker los consolidó junto con otros grandes como Hugo Sánchez  Gordillo. Sus inicios fueron en la edición de la Liga más larga de la historia (de los famosos Playoffs) que consiguieron precisamente ante el Real Zaragoza por 1-3. Su política ofensiva era extremadamente exitosa y el equipo blanco siempre era el más goleador. Luego llegarían dos Ligas y una Copa, pero lo que se le resistió fue la Copa de Europa.

Con Hugo Sánchez

Primero se encontraron con uno de los equipos más rácanos de la historia. Después de haber eliminado a equipos del calibre del Napoles de Maradona o al Bayern de Múnich, el PSV los eliminó por el valor doble de los goles. Los intentos de perforar a meta de los Butragueño, Hugo y compañía se vieron frustrados. Después llegó el Milán de Sacchi, aunque antes Beenhakker había sido sentenciado. 
En la eliminatoria anterior, se enfretanton al PSV de Romario con el que llegaron a la prorroga en el Bernabéu, ganandole 2-1. Sin embargo, a pesar de que el resultado requería ciertas urgencias ofensivas, Butragueño estuvo todo el partido en el banquillo. El público no lo entendió y Mendoza llegó a decir que no se podía hacer eso con un "patrimonio del club" (refiriéndose al buitre). La conclusión a la que llegaron muchos es que no se renovó el contrato al entrenador holandés, a pesar de que ese año consiguió el doblete (Liga-Copa) y por ende la Supercopa de España. 


Peor aún fue cuando lo contrató en 1992 para hacerse cargo de un equipo que si bien no jugaba bien (el entrenador cesado era Radomir Antic) era líder destacado. Comenzó a dejarse puntos hasta que llegó el fatídico día de Tenerife donde se perdió la Liga. 


Tras esto, tuvo breves pasos por distintas Selecciones Nacionales (llegando a participar en dos Copas del Mundo: Países Bajos en Italia 1990 y Trinidad y Tobago en Alemania 2006) siempre reivindicando el fútbol total del legendario entrenador Rinus Michels, a quien Leo Beenhakker considera como su maestro.

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