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jueves, 15 de junio de 2017

Un arma en la carretera

Viendo las barbaridades que cometen algunos en la carretera, parece mentira que desde la DGT no se realicen pruebas psicológicas con el motivo de saber si una persona puede o no conducir porque, aunque algunos no se lo crean, un coche es un arma muy peligrosa y el uso que hagamos del mismo no sólo puede condicionarnos nuestra propia vida, sino la de los demás hasta el punto de evitar un accidente... o provocarlo con el resultado de heridos o muertos.


Las barbaridades en carretera las conocemos todos: Saltarse semáforos o determinadas señales como el STOP o el ceda el paso, salir de una rotonda desde el carril central (¡Es para matarlos!) y no desde el derecho, no poner el intermitente (¿Cuando salgo o entro en la rotonda? ¿Me tengo que imaginar que el que viene va a torcer?), conducir con el móvil en la mano, ir a velocidades terribles y un largo número de infracciones, de las que la policía no suele penalizar en un 90% (y creo que me quedo corto) porque no los pillan hasta que ese individuo provoca el accidente del cual en la mayoría de casos ellos se salvan, mientras provocan la muerte del pobrecito, que pasaba por ahí y por supuesto estaba haciendo las cosas bien. 
Desde aquí pido pruebas no sólo físicas, sino psicológicas a todos y cada uno de los que van a coger un vehículo, puesto que en algunos casos estoy casi seguro que hay individuos que no están (hay que decirlo alto y claro) bien de la cabeza.

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