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sábado, 22 de abril de 2017

Venus del espejo o el arte del erotismo

Censura siempre hubo y más relativos a la moral y "buenas costumbres". ¿Una mujer desnuda? ¡Qué gran pecado! dirían los más puritanos. Sin embargo, en cuestiones de arte, no siempre (no digo nunca) ha sido así. ¿Acaso sería lo mismo la Venus de Botticelli tapada de arriba a abajo? ¿Y si no hubiera habido una maja desnuda? ¿Qué hubiera sido de las tres Gracias si no nos mostraran sus exuberantes cuerpos? ¡Todo por el Arte!


Lo mismo debió pensar don Diego Rodríguez de Silva más conocido por su apellido materno: Velázquez. Allí recostada frente a un espejo sostenido por Cúpido, se encuentra la Diosa del Amor. Sí; la mismísima Venus mirándose en el espejo como si jactándose estuviera de su inusitada belleza. No era la primera vez que don Diego hacía referencia a un tema mitológico, pero...

El artista

La sensualidad de su cuerpo, los finos trazos proyectados por el artista,... Velázquez nos mostraba no ya sólo a la Diosa Venus (algo de por si extraordinario), sino a una mujer en todo su esplendor. ¡Todo por el Arte! mientras contemplaba el maravilloso cuerpo recostado de su Diosa.

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