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miércoles, 1 de marzo de 2017

Cuando leí el niño con el pijama de rayas

La verdad es que aún recuerdo cuando leí por primera vez "El niño con el pijama de rayas", un título aparentemente inocente hasta que lees sus páginas y te das cuenta que la cubierta no es más que un envoltorio para algo trágico, algo terrible. 


La verdad es que desconozco si antes se habían publicado obras sobre la época nazi vista con los ojos de un niño, pero lo cierto es que supo dar en el corazón de muchos porque en ella, a pesar de la dictadura y la guerra, aunque parezca mentira, no se habla de política, sino de sentimientos, en base a la incomprensión del motivo por el que pasan las cosas. 


Cierto; Bruno, un niño de nueve años, hijo de mandamás nazi (dato significativo) conoce al otro lado de una reja a un niño, Shmuel, el cual esta rapado y siempre viste un pijama de rayas. En realidad, todos son judíos prisioneros en el campo de concentración donde trabaja su padre, pero... la visión infantil no entiende de política, ni fronteras, ni muros y como tal se hace amigo de ese niño porque no importa que seas judío o no, lo verdaderamente cierto es que todos somos seres humanos. Fue leerlo y hacerme una reflexión que era casi una exclamación interna: ¡Cuántos conflictos se acabarian si tuviésemos la visión de un niño!

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