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miércoles, 29 de marzo de 2017

Clásicos Inmortales: Sed de Mal

Tras rodar varias producciones lejos de su país natal ("Otelo" y "Mister Arkadin"), Orson Welles volvía a los Estados Unidos en una época donde los productores ya no confiaban en él debido a su carácter dificil como director, al igual que debido a los ingentes gastos de sus películas, lo que llevaba a acortar la duración de una buena parte del metraje. Sin embargo, Welles volvía y nos dejaba quizás la última película de cine negro clásico.


"Mike" Vargas (Charlton Heston) es un polícia mejicano recientemente casado con la californiana Susan (Janet Leight). Ambos van a cruzar la frontera hacia los Estados Unidos donde pretenden pasar su luna de miel, pero es en ese momento cuando se oye una brutal explosión:  Un coche ha estallado, muriendo el magnate Rudy Linnekar, el cual iba con una acompañante.

Explosión en la frontera

Dado su prestigio como agente antidroga en la siempre complicda zona fronteriza y aunque no tiene competencias para trabajar en los Estados Unidos, Vargas se ofrece para ayudar en la investigación al jefe de policía, Hank Quinlan (Orson Welles), dado que el coche entró desde Méjico con la bomba. Quinlan es un hombre rudo y antipatico, pero que tiene cierto prestigio debido a sus muchos años de experiencia. Lo cierto es que trabajara con Vargas, aunque no le agrade dicha idea. 
Mientras su esposa se vera amenazada por Joe Grandi (Akim Tamiroff) para que su esposo no siga adelante con el procesamiento en Méjico de un hermano suyo por narcotráfico. Susan se siente contrariada por la situación, aparte de que no parece conforme con que su marido trabajo en un caso tan oscuro como el de la explosión del coche.


Vargas tratara de ayudar a resolver el caso, mientras envía a su esposa al hotel, pero en ese momento, es interceptada por los hombres del propio Grandi, los cuales la retienen en el mismo. Quinlan, por su parte, acusa del atentado al joven Manolo Sánchez, un mejicano casado secretamente con Marcia Linnekar, hija del magnate asesinado. Una prueba parece ser que encontraron dos cartuchos de dinamita en el baño.
Lo cierto es que Vargas, el cual estuvo unos mínutos antes en dicho baño donde dijeron encontrar los cartuchos, sabe que no estaban allí, comprendiendo en ese momento que los métodos de Quinlan son ilegales y que todo apunta que es el propio Quinlan (o sus ayudantes bajo las ordenes de él) quien colocó las pruebas que incriminaban a Sánchez.


Decide por ello investigar, comprobando que los cartuchos encontrados son los que le sobraron al propio Quinlan tras unas obras en su propiedad, por lo que se decide investigar todos los casos resueltos por Quinlan basados en "milagrosas" pruebas encontradas por el mismo. No obstante, nadie parece creer sus argumentos en contra de Quinlan.
Quinlan, sabiendose investigado por Vargas, decide unir fuerzas con Grandi para eliminar de la circulación al policia mejicano y de esta forma acabar con todos sus problemas, en el caso de Grandi que su hermano quede libre y en el de Quinlan evitar su desprestigio. 

Atrapada

Y así, en connivencia de ambos, Grandi hace que sus hombres droguen a Susan para desprestigiar a Vargas para que la policia la encuentre en un estado lamentable, pudiendo acusarla a ella por narcotráfico. Quinlan traicionara a Grandi, ahorcandolo y haciendo que su cuerpo aparezca junto a la de la joven. El desprestigio para Vargas y su mujer sería tremendo.


Cuando todo parece inculpar a Susan, Peter Menzies (Joseph Calleia), fiel colaborador de Quinlan le revela a Vargas que encontró en la habitación donde apareció su mujer drogada y junto al cadáver de Grandi, el bastón del propio Quinlan, el cual parece que no ató todos los cabos.


Durane, un paseo, Quinlan se reencontrara con Tanya (Marlene Dietrich) una misteriosa y enigmática gitana que en el pasado tuvo una relación con  el propio Quinlan, la cual presagia el fatídico final de éste. En ese momento se enocntrara con Menzies, el cual lleva una grabadora en colaboración con Vargas, el cual le confiesa irregularidades cometidas a lo largo de múltiples procesos.
Quinlan, no obstante es perro viejo y se da cuenta de la traición de su colaborador, disparando al propio Menzies y cuando se dispone a acabar con el propio Vargas, una bala del moribundo Menzies se lo impide acabando con el policia corrupto. 


Gran reparto (aunque se me hace raro ver a Charlton Heston interpretando a un mejicano con ese bigotillo...) y compleja historia sobre el poder y la corrupción; un drama oscuro e intrigante en el que Welles, ese verso suelto de la dirección, nos vuelve a deslumbrar con su uso de la cámara, jugando con las luces y sombras. Una anécdota: El largo plano secuencia con el que se inicia la película tardó hasta 15 días en llevarse a cabo, pero tenía toda su justificación. Esos tres mínutos son un plano mítico dentro de la historia del séptimo arte. 

Ficha

Dirección
Orson Welles
Producción
Albert Zugsmith
Guión
Orson Welles
Obra: Whit Masterson
Música
Henry Mancini
Fotografía
Russell Metty
Montaje
Aaron Stell
Virgil Vogel
Walter Murch
 
Otros datos

País
Estados Unidos
Año
1958
Género
Cine negro
Duración
108’
 
Protagonistas

Actor
Personaje
Charlton Heston
 Ramon Miguel Vargas
Janet Leigh
 Susan Vargas
Orson Welles
 Comisario de policía Hank Quinlan
Joseph Calleia
 Pete Menzies
Akim Tamiroff
 Tío Joe Grandi
Joanna Cook Moore
 Marcia Linnekar
Marlene Dietrich
 Tanya
Ray Collins
 El fiscal de distrito de Adair

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