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viernes, 2 de diciembre de 2016

El mito de Aracne

Aracne, hija de Idmón de Colofón, un tintorero que teñía la lana con púrpura de Tiro, era reconocidisima por su extraordinaria habilidad a la hora de tejer y bordar. Sin embargo, a Aracne se le subió a la cabeza su fama (del todo merecida, eso si) que llegó a afirmar que sus habilidades eran superiores a Atenea (Minerva para los romanos), Diosa que además de ser de la sabiduría, también lo era de la artesanía, destacando por su grandes tejidos. 


La Diosa se enfadó, pero dio a Aracne una oportunidad de redimirse. Adoptando la forma de una anciana, advirtió a Aracne que no ofendiese a los dioses. La engreida mortal se burló y propuso un concurso de tejido en el que pudiera demostrar su superioridad. Atenea se quitó el disfraz y el concurso comenzó.
Atenea tejió la escena de su victoria sobre Poseidón, la cual inspiró a los ciudadanos atenienses para bautizar la ciudad en su honor, poniendola bajo su protección. Según Ovidio, el tapiz de Aracne representaba veintidós episodios de infidelidades de los Dioses disfrazados de animales, generalmente del padre Zeus, muy proclive a tales escarseos amorosos para el disgusto de su esposa, la Diosa Hera.


Atenea admitió que la destreza de la joven era perfecta, pero se enfadó elección del motivo, la cual era irrespetuosa. La Diosa destruyó el tapiz y el telar de Aracne, dándole un golpe en la cabeza a la joven. Ella, sin comprender nada de lo que esta pasando, se siente humillada y deshonrada, por lo que enloquece  y termina ahorcandose.

Sin embargo, Atenea, que a pesar de todo admira la gran capacidad tejedora de Arance, no permitió que ésta muriera, sino que la convirtió en una araña para quede esta forma continuara tejiendo para toda la eternidad.

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