Páginas

jueves, 17 de noviembre de 2016

El cuñadísimo

En 2003 con algo más de 100 años moría un triste hombre retirado de la abogacia hacía muchisimo tiempo. Parecía mentira, pero ese hombre había sido uno de los hombres más poderosos e influyentes de este país. El destino de los nazis (y no supuestos chismes de alcoba como se dice ahora) le jugo la mala pasada haciéndole caer en el ostracismo. Su cuñada, la cual era hermana de su mujer, era Carmen Polo, la esposa de un Franco pletórico tras la victoria en la guerra civil. Su nombre era Ramón Serrano Súñer y fue Ministro de Exteriores en una etapa clave en la que se jugaba mucho en plena Segunda Guerra Mundial. 


Popularmente se le conocía con sorna como el cuñadísimo y es que a nadie escapaba la influencia de Serrano Súñer tanto a nivel oficial como familiar. Siempre era el que llevaba la voz cantante, el que iría con los nazis hasta el fin del mundo. Serrano no era camisa vieja, pero su influencia dentro de la Falange después de José Antonio fue brutal. Precisamente fue el que promovió un acercamiento entre Primo de Rivera y Franco sin éxito dada el desprecio que se profesaban. 

Serrano, Franco y Mussolini

Serrano hubiera entrado en la guerra con los nazis, pero Franco era más cuidadoso. Serrano se debía a su política extremista, mientras Franco quería conservar el poder. Mientras Franco controlaba el país, Serrano a la Falange causa de discordias entre nuevos miembros (entre los que se encontraba él) y los camisas viejas, los antiguos camaradas de José Antonio que acusaban a Franco de miserable. Con todo esto le llegó la cartera de asuntos exteriores (antes había sido Ministro de Interior y Gobernación), reuniendose con los altos mandos de la Alemania nazi y la Italia fascista. 

En pleno desfile nazi

Suya fue la iniciativa de que España entrara en guerra sin conseguirlo y suya sería la creación de la División Azul para contentar a unos nazis enfadados con un Franco que ni decía si, ni decía no. El fracaso de la invasión de la URSS, propició una primera de las muchas derrotas de los nazis. La entrada de los Estados Unidos no hizo más que acelerar el proceso de desintegración del fascismo. Y mientras ¿Qué pasó con el cuñadísimo?

El General Aranda y Ramón Serrano Súñer

"Echalo, echalo" le debían decir los que nada querían de un Serrano al que una gran parte de los Ministros e infinidad de lenguas viperinas veían como un estorbo de cara a presentar al régimen como algo bueno de cara a las potencias que con toda seguridad vencerían. A eso se sumaron algunos rumores en torno a sus relaciones extramatrimoniales que le hicieron bastante daño... con hijos ilegítimos en medio. 


Finalmente lo cesó de Ministro, aunque fue presentado como una renuncia. Hasta 1967 mantendría sus cargos de procurador en las Cortes franquistas y de consejero nacional. No obstante, el ostracismo le llegó, ejerciendo la abogacia hasta su retirada. Poco o nada supimos de un hombre que pasó a la historia popular como el cuñadísimo... y como cuñadisimo se quedó.

No hay comentarios:

Publicar un comentario