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martes, 25 de octubre de 2016

"¿Por qué no me hablas?"

Como si del mismísimo Dios se tratara. Como si de aquel que de simple barro moldeo al hombre. Miguel Ángel, grande en muchos aspectos, alcanzó la excelencia con esta obra. Fruto de sus magistrables manos, el extraordinario Miguel Ángel había creado a Moisés.


De sus poderosas manos, nació un Moisés monumental, con las tablas de la Ley donde se hallaba la escritura de Dios, y cuernos en la cabeza, representando los haces de luz que salen de su cabeza; de la testa de aquel que ha entrado en contacto directo con el Señor.


Concebida para la tumba del Papa Julio II (el Papa guerrero que le encargó las pinturas de la Capilla Sixtina) en la Basílica de San Pedro, el Moisés y la tumba se colocaron finalmente en la iglesia menor de San Pietro in Vincoli, en la zona del Esquilino, tras la muerte del pontífice en la que sería su obra más realista, según el propio autor.


Tanto es así que cuenta la leyenda que, al acabarlo, y comprobar lo real de la figura, Miguel Ángel golpeó desesperado la rodilla derecha de la estatua al mismo tiempo que le decía "¿Por qué no me hablas?" y es que la única cosa que le falta a tal monumento de mármol es hablar. Miguel Ángel no se daba cuenta de que aún cuando moldeó la perfección su obra, la capacidad de dar vida, de insuflar un hálito de luz, es unicamente de Dios.

3 comentarios:

  1. Leí que lo que parecen cuernos, en realidad son rayos de luz...porque Miguel Ángel se dejó llevar por una traducción
    equivocada de la Biblia. De todos modos no me importa que se hubiera equivocado. Es una obra de arte maestra; y yo tengo una estatuilla de esa interpretación.

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  2. Leí que lo que parecen cuernos, en realidad son rayos de luz...porque Miguel Ángel se dejó llevar por una traducción
    equivocada de la Biblia. De todos modos no me importa que se hubiera equivocado. Es una obra de arte maestra; y yo tengo una estatuilla de esa interpretación.

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