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domingo, 9 de octubre de 2016

La España invertebrada de Ortega y Gasset

"Yo soy yo y mi circunstancia y si no la salvo a ella no me salvo yo"
José Ortega y Gasset, Meditaciones del Quijote

Tradicionalmente de una persona grandiosa podemos llegar a decir que fue un hombre de su tiempo, un tipo al que seguían las masas allá donde fuera... de todos menos de Ortega y Gasset. Don José vivió en una España que se encontraba no sólo en la indigencia material, sino espiritual. Ya mucho antes de la guerra e incluso de la Segunda República, Ortega (y su circunstancia) ya habló de algo consustancial a esta España rota socialmente, dividida en buenos y malos y entre regiones con una situación terrible como la catalana, que se avivo con la llegada de una República, que quería cortar de raíz todo movimiento separatista. 


Ortega y Gasset culpaba a las clases dirigentes de no estar a la altura frente a un problema como el de los nacionalismos y los separatismos, acusándolas de abandonar a Cataluña y otras regiones en manos del separatismo. La culpable Castilla: "Castilla ha hecho a España y Castilla la ha deshecho". Lo curioso en Ortega es que trata temas tan habituales hoy en día, que parece que se adelanto 50 años a lo que esta pasando actualmente entre España y una región tan importante dentro del territorio nacional como es Cataluña y las consecuencias que puede traer este choque en la sociedad hispánica:.
"La soberanía significa la voluntad última de una colectividad… la voluntad radical y sin reservas de formar una comunidad de destino histórico… Y si algunos en Cataluña, o hay muchos, que quieran desjuntarse de España, que quieran escindir la soberanía… es mucho más numeroso el bloque de los españoles resueltos a continuar reunidos con los catalanes en todas las salas sagradas de esencial decisión… por este camino iríamos derechos y rápidos a una catástrofe nacional"
Ortega, que sabía la existencia de eso que ya en su época se llamaba "problema catalán", llegó a la terrible conclusión de que dicho problema era una cuestión irresoluble dado los defensores de la unidad de España y la separación catalana y que tan solo lo único que podíamos hacer TODOS era conllevarlo de la mejor forma posible tal y como nos relata en su celebre discurso del 13 de Mayo 1932 en las Cortes Españolas sobre el Estatuto de Cataluña (enlace). 
"Pues bien, señores; yo sostengo que el problema catalán, como todos los parejos a él, que han existido y existen en otras naciones, es un problema que no se puede resolver, que sólo se puede conllevar, y al decir esto, conste que significo con ello, no sólo que los demás españoles tenemos que conllevarnos con los catalanes, sino que los catalanes también tienen que conllevarse con los demás españoles"
Dos años después llegaría una revolución de tintes catastróficos, disfrazada de manifestación, que triunfó en Asturias, donde se hacían llamamientos por parte de la izquierda a la guerra civil española (famosas las proclamas belicistas de Largo Caballero, que ni era largo, ni caballero) mientras los separatistas catalanes, auspiciados por un ser tan inmundo como Companys, proclamaban por segunda vez la República de Cataluña, ocasionandose miles de muertos por las calles. Dos años después de eso, llegaría el golpe de Estado que fracasó, ocasionandose una guerra civil en la que toda España perdió. 

Una conferencia de Ortega y Gasset

Ortega y Gasset contó en un artículo que cuando comenzó la guerra en Julio de 1936, hallandose enfermo en su domicilio (tres días habúan pasado del comienzo de la contienda), se presentaron varios comunistas armados con pistolas que exigieron su firma al pie de un manifiesto contra el golpe de Estado y en favor del Gobierno republicano. Ortega se negó a recibirlos y fue su hija la que en una conversación con ellos (tensa según se cuenta), consiguió convencerlos de redactar otro texto muy corto y menos politizado y que, efectivamente, acabó siendo firmado por Ortega, junto con otros intelectuales como Gregorio Marañón y Ramón Pérez de Ayala. 


Años después el irresoluble problema catalán evidentemente no se ha resuelto tal y como relató Ortega, sino que parece haber empeorado por culpa de un catalanismo, que por causas espúreas y no precisamente patrioticas, quiere imponer su voluntad de separarse aún cuando hay un gran porcentaje de catalanes que no quieren la separación... y todos estos movimientos nacionalistas financiados con dinero de todos los españoles (catalanes incluidos) que destinan a causas políticas en lugar de al bienestar de los propios catalanes (educación, sanidad, servicios sociales, ...). Efectivamente: el nacionalismo, sea cual sea, es Saturno devorando a sus hijos. Y Castilla, como dijo don José Ortega y Gasset, ha abandonado tales regiones a su suerte.
"Castilla se vuelve suspicaz, angosta, sórdida, no se ocupa en potenciar la vida de las otras regiones, Cataluña, Vasconia, Galicia, celosa de ellas, las abandona a sí mismas, y empieza a no enterarse de lo que pasa en ellas".

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