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sábado, 16 de julio de 2016

De la belleza a la nada

Mal que le pesara a Francisco de Quevedo, Luis de Góngora es uno de los más grandes y reconocidos poetas del Siglo de Oro de las Artes y las Letras español. Don Luis sabría componer a la perfección lo que era pasar de la gloria al fracaso, de la belleza a la vejez, del todo a la nada.


El viejo cordobés, el eterno don Luis había visto como el poderoso Imperio Español, el más grande conocido sobre la tierra estaba poco a poco llegando a su fin. No se trataba de posesiones, sino de sensaciones y el viejo don Luis al igual que muchos otros sabía que lo que antes había sido oro se estaba convirtiendo en plata, lo que antes había sido reluciente belleza estaba llegando a la vejez más amarga, lo que antes se había paseado por los campos de la tierra estaba yendo a la nada. Así lo expresó en sus versos. Para la posteridad, así quiso que quedara. 
Mientras por competir con tu cabello
Oro bruñido al sol relumbra en vano,
Mientras con menosprecio en medio el llano
Mira tu blanca frente al lilio bello;
Mientras a cada labio, por cogello,
Siguen más ojos que al clavel temprano,
Y mientras triunfa con desdén lozano
Del luciente cristal tu gentil cuello,
Goza cuello, cabello, labio y frente,
Antes que lo que fue en tu edad dorada
Oro, lilio, clavel, cristal luciente,
No sólo en plata o vïola troncada
Se vuelva, más tú y ello juntamente
En tierra, en humo, en polvo, en sombra, en nada.

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