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sábado, 23 de julio de 2016

Cuando Pahiño era el hombre gol

Antes de que vinieran Di Stéfano y Kubala al fútbol español, habían cinco hombres cuyo denominador común era el gol. En Bilbao estaba Zarra, en Valencia "Mundo", en Sevilla tenían al niño de oro Juanito Arza, en Barcelona al pelucas César y en Galicia a Manuel Fernández Fernández, aunque todos lo conocían como Pahiño. De los cinco este último fue el que no ganó un solo título colectivo y jugó menos partidos con la Selección Nacional. Y no sería porque no contribuyera con goles ¡Muchos goles!


Pahiño comenzó a ser conocido en el Celta de Vigo donde gracias en buena parte a sus goles hizo que el equipo gallego entrenado por Ricardo Zamora (sobran las presentaciones) fuese subcampeón de Liga y Copa, siendo máximo goleador del Campeonato de Liga en 1948. Sus 56 goles en 82 partidos en el club celtiña lo llevaron a Chamartin para jugar en el Real Madrid junto a otro compañero, Miguel Muñoz (también sobran las presentaciones).

Pahiño y Miguel Muñoz

En aquella época el Real Madrid estaba en plena fase de construcción de un equipo solido tras el fuerte desembolso que hizo en su flamante nuevo estadio. Y aún así lo intentaba, en buena parte gracias a los goles de Pahiño que le llevaron a ser nuevamente máximo goleador. Ya el propio Pahiño durante su etapa deportiva tendría problemas con el régimen de Franco cuando en una entrevista se le ocurrió comentar que leía a Tolstoi, un escritor ruso, prohibido por el régimen probablemente porque fuera ruso, ya que todo lo que veía de la entonces Unión Soviética estaba mal, aunque el grande de la literatura rusa Tolstoi tuviera nada que ver con el régimen stalinista.

A por el balón

Mucho se habló de que, a pesar de sus goles, eso le imposibilitó jugar más con España (desde el diario falangista "Arriba" se le tachó como el futbolista rojo), pero lo cierto es que en aquellos años había demasiados delanteros para tan pocos puestos y sólo pudo jugar tres partidos, aunque, eso si, marcando tres goles. 


Pahiño, el hombre gol, anotó 108 goles en 124 partidos con el Real Madrid, una cifra impresionante, que no sirvió para ganar títulos. Primero el Atlético de Madrid y después el Barcelona superarían al club blanco, el cual no llegó a un acuerdo con el ariete gallego para que se quedara en sus filas, viendose en la obligación de fichar a otro hombre que no sería otro que Di Stéfano con el que ganarían la Liga después de 21 años. Tiempo después la propia saeta rubia y Pahiño llegarían a decir que fue una lastima que no hubieran jugado juntos, puesto que se habrían hinchado a goles. 


Pahiño volvería a su Galicia natal para jugar en el Deportivo de la Coruña donde anotaría 46 goles en 72 partidos para acabar retirándose en el Granada en el año 1957. Goles y goles fueron la tarjeta de presentación de un Pahiño cuya fe por la causa del gol hizo que mereciera ganar títulos y jugar más con la Selección Nacional. Uno de los más grandes rematadores de su tiempo.

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