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jueves, 26 de mayo de 2016

Nerviosismo y espumarajos

¡Cuánta rabia les corroe a algunos cuando se habla de Venezuela! Sólo así se puede explicar la bilis que sueltan algunos cuando Albert Rivera al que ellos llaman "falangito" (¿?), Felipe González o la prensa española hablan de la situación en Venezuela producto de unas políticas caducas y sin sentido. Lo cierto es que de Venezuela ya se hablaba mucho antes y no lo hacían Rivera, González, Aznar, ... lo hacían ellos mismos cuando hablaban de un golpista como Chávez de un modelo a seguir (democrático decían) o hablaban y hablan de personas como Leopoldo López (¡Ojo! vinculado a la Internacional Socialista) como un personaje peligroso, tachandolo incluso de fascista (¿?). Garzón (no me cansare de decirle) es un impresentable.


Saben que sus actuaciones en Venezuela, sus palabras sobre el chavismo (¡Maldita hemeroteca!) y sus vinculaciones políticas y económicas con el régimen son tan evidentes que no paran de crear TT en Twitter o vilipendiar o insultar a todos aquellos que miran hacía la que los canarios llaman como "La octava isla". Espumarajos por la boca sueltan cada vez que a alguien se le ocurre hablar de Venezuela, aunque si quieren podríamos hablar de lo bien que lo están pasando los griegos y ya no vale hablar de herencias cuando llevan más de un año en el poder, gobernando, por cierto, con la extrema derecha helena. 
De la situación española se esta hablando (nadie con sentido común lo puede discutir), pero lo que les molesta a algunos es que se asocie (y con razón) lo que esta pasando en Venezuela si (parafraseando a Felipe González) a los monaguillos del régimen. Y es que algunos no es que tengan problemas con la Democracia, sino con la violencia (defensa de agresiones, de terroristas, etc). Que otros sean corruptos, no te valida para aceptar que se pegue a la gente. También hay que recordar que la fascinación de la extrema izquierda por el régimen chavista viene de muy lejos. Puede que sea por la búsqueda de referentes tras la caída de la URSS.
No creo que todos los que votan a esta gente sean extremistas (al menos una parte), pero sinceramente es más democrático tirar la papeleta al mar antes que votar a según que individuos con orígenes poco claros y con actitudes violentas.

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