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sábado, 21 de mayo de 2016

JFK ¿Caso cerrado?

Hablar del asesinato de John Fitzgerald Kennedy es hacer referencia al complot de los complot, puesto que hoy en día nadie se piensa de que el asesinato de Kennedy fue cometido por un supuesto extremista de izquierdas llamado Lee Harvey Oswald, que sería asesinado por un mafioso de poca monta llamado Jack Ruby. La comisión Warren, propiciada por el Presidente Johnson y que fue presidida por Earl Warren, Jefe de la Corte Suprema de los Estados Unidos (de ahí el nombre de la misma), dejó muchos cabos sueltos que dejaron con la duda a mucha gente ¿Acaso un hombre común, no buen tirador (a pesar de haber estado en la armada), como Oswald sería capaz de disparar a un blanco móvil desde una posición complicada como la del almacén donde supuestamente estaba?


La idea de la conspiración estaba latente, pero nadie se atrevía a hablar por miedo, dando por buenas las conclusiones de la comisión Warren hasta que el fiscal de Nueva Orleans Jim Garrison y su oficina comenzaron a investigar, dando con una serie de telemanejes, que mostraba que habían habido varios tiradores desde ángulos muy diversos y que más de un grupo estaba descontento con Kennedy por determinadas razones, algunas de ellas relacionadas con su política de apaciguamiento con la Unión Soviética, tras la crisis de los misiles en Cuba. 

Jim Garrison

Sobre los supuestos conspiradores se ha mencionado a la reserva federal, al Vicepresidente Johnson (que sería Presidente tras la muerte de Kennedy), el FBI (Hoover escondía muchos secretos del Presidente sobre todo en referencia a sus aventuras extramatrimoniales), la CIA, determinados mandos militares descontentos con la política exterior del Presidente, la mafia irlandesa (el padre de Kennedy de origen irlandés  según se cuenta habían hecho tratos con la mafia para que sus hijos John y Bobby escalaran a lo más alto, compensandolos Bobby con arrestos a los propios mafiosos que los habían ayudado), Fidel Castro e incluso la posibilidad de que grupos de mercenarios anticomunistas contratados o no por los servicios secretos acabaran con el Presidente, haciéndose pasar por agentes de Castro y así echarle la culpa al dictador cubano. 

Caricatura representando un pulso entre Khruschev y Kennedy

Lo cierto es que independientemente de quién fue o cómo lo hizo, es evidente que todos tenían razones para acabar con el Presidente Kennedy, aunque todo parecía girar en torno a una política interior y sobre todo exterior. También fue una evidencia que fue un error que un Presidente de los Estados Unidos circulara a 10 por hora en un descapotable con un montón de edificios con ventanas abiertas y sin escolta militar o francotiradores que hubieran frenado a los supuestos asesinos. Oswald no había sido más que una cabeza de turco, al que se había detenido utilizando pruebas falsas y una supuesta afiliación al comunismo que nunca estuvo claro del todo, llegándose a decir que el Lee no era más que un agente doble. Las medidas de seguridad fueron tan desastrosas que lo que podemos decir es que Kennedy fue llevado ante sus verdugos sin que éste lo supiera. Gran parte de las teorías provienen de las investigaciones de Garrison, el cual consiguió incluso llevar a juicio a uno de los supuestos implicados (Clay Shaw, cuyo alias era Clay Bertrand), pero éste fue absuelto, aunque años más tarde se admitiría, en contra de lo que se afirmó en aquel momento, que el acusado había trabajado para la CIA.

Asesinato de Oswald

Garrison, incansablemente, intentó demostrar que había existido un complot en el que no es que estuviera vinculada la mafia, sino un grupo controlado por el propio Gobierno y altos mandos militares, cuyo objetivo era "cargarse" a Kennedy por determinadas razones, en una época en la que también asesinaron de forma violenta a Martin Luther King y a Bobby, hermano de Kennedy, que optaba a presentarse como candidato a la Casa Blanca. 


El fiscal nunca lo consiguió esclarecer, pero desde ese momento medio mundo vio con dudas un asesinato, el cual no había sido cometido por un simple lobo solitario extremista y que hombres de Estado estaban intentando tapar la verdad. Garrison murió en 1992. Un año antes había aparecido en un cameo de una película sobre sus propias investigaciones, JFK, donde curiosamente interpretaba a Earl Warren, el Presidente de la Comisión Warren. A pesar de su muerte, la búsqueda por esclarecer la verdad continúa.

El asesinato a cámara lenta


Jim Garrison (subtitulado al español)

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