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jueves, 14 de abril de 2016

"Se armó la de San Quintín"

Esta expresión común dentro del acervo castellano la utilizamos para describir un alboroto, una discusión acalorada o contienda violenta, que por otro lado puede tener consecuencias graves. Esta frase hecha viene como casi todas de momentos históricos determinados y el origen de la que nos ocupa viene de la gloriosa etapa del Imperio Español concretamente durante el año 1557.


San Quintín, situada en la región de Picardía a orillas del rio Somme en Francia se enmarca dentro de los conflictos entre España y los galos. Los hispanos estaban bajo el mando de Manuel Filiberto, Duque de Saboya, y las tropas francesas con Gaspar de Coligny a la cabeza. 
El origen del conflicto viene de que el Reino de Borgoña, heredado por Felipe II de su padre Carlos V tras dividirse el Imperio, había sido ocupado ilegítimamente por los galos por lo que el Rey prudente (no se lo pensó tanto esta vez) decidió invadir Francia.

Felipe II

A finales de Julio, el duque de Saboya hizo creer a los franceses que se dirigiría a Guisa, previo paso por Champagne, lo que llevó a un error estratégico por parte de los franceses. Lo que en realidad hizo el Duque fue dirigirse hacia el camino de San Quintín (Saint-Quentin en francés), mejor para los tercios que buscaban la sorpresa.



El sobrino del Almirante Coligny, Montmorency, tenía pensado entrar a la ciudad cruzando el río Somme, pero el 10 de Agosto los españoles les sorprendieron, derrotandoles en pleno cruce gracias al grupo de infantería, caballería y artillería, consiguiendo la victoria, algo que confirmó al ejército del Imperio Español como el mejor del mundo. Por ser día de San Lorenzo el de tal victoria, Felipe II mandó construir el monasterio de San Lorenzo de el Escorial.


Aunque los galos perdieron unos 6.000 hombres, los españoles también tuvieron bastantes bajas por lo que la victoria a pesar de ser muy importante, quedó algo deslucida por lo que se acuñó el término de "se armó la de San Quintín" debido a una contienda tan violenta que hasta el vencedor tuvo muchas pérdidas humanas. Esta expresión es sinónima de otras muy significativas: "se armó la gorda" y "se armó la de Troya" en clásica referencia a la mitológica guerra versada por el inmortal Homero en su "Iliada".

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