Páginas

sábado, 2 de abril de 2016

Juan Pablo II y la caricia de Dios al mundo

Tras siglos y siglos de Papas italianos, tras el conclave, la Iglesia Católica anunciaba "Habemus Papam"y éste no fue otra cosa que una auténtica sorpresa. El hombre en cuestión venía de Polonia, país sufridor (si me permiten la palabra) desde hacía unos cuantos años del comunismo y que anterior a él, había padecido la invasión de los nazis, iniciándose la tragedia global que fue la Segunda Guerra Mundial. Un hombre cuyo carácter se había curtido en medio de la tragedia; ese hombre se llamaba Karol Józef Wojtyła, el cual tomó como nombre de pontificado el de Juan Pablo II en honor a su antecesor que sólo había durado 33 días. Hoy nos parecería curioso, pero que en pleno 1978 fuera elegido un Papa de Polonia, un país comunista, era algo tremendamente revolucionario.


Sí con Pablo VI y Juan Pablo I se había visto cambios en la Iglesia a nivel social, salidos especialmente del Concilio Vaticano II, con Juan Pablo II la Iglesia de Roma viajó hasta sitios pocas veces visitados y es que si algo hay que tener en cuenta del pontificado de Wojtyła visitó 129 países, algo que hizo que muchos lo conocieran como el "Papa viajero". Los años de silla gestatoria parecían haber pasado y la Iglesia, consciente de sus errores en torno no sólo al trato con la ciudadania, sino con las finanzas vaticanas (que incluyeron negocios con la mafia y asesinatos), tenía que acercarse a un mundo que estaba cambiando y donde los regímenes totalitarios estaban cayendo. 

"Habemus Papam"

Juan Pablo II jugó asimismo un papel decisivo para poner fin al comunismo en su Polonia natal y, finalmente, en toda Europa con la clarisima referencia de la caída del muro de Berlín, así como para la mejora de las relaciones de la Iglesia Católica con otras confesiones como el judaísmo y el islam o incluso la colaboración con otras Iglesias cristianas como la Iglesia ortodoxa oriental y la Iglesia anglicana. 


Eso le pudo costar la vida más de una vez, siendo la más conocida el intento de asesinato que sufrió el 13 de Mayo de 1981, mientras saludaba a los fieles en la plaza de San Pedro. El autor sería Mehmet Ali Agca, quien le disparó a escasa distancia entre la multitud, aunque finalmente pudo salvar la vida, aunque eso en cierta medida le afecto posteriormente. El propio Papa visitó a Ali Agca en la cárcel donde le perdonó. Nunca se supo del todo el motivo del intento de asesinato. 

Juan Pablo II con Ali Agca

Muy criticadas fueron sus relaciones especiales con el Opus Dei y en algunos casos por su enérgica lucha contra el movimiento conocido como la teoría de la liberación, la cual ha tenido bastante preponderancia en Latinoamérica. Para ello contó con la ayuda de su mano derecha y sucesor Joseph Ratzinger. También su renuncia a abrir la mano en temas tan controvertidos como el de la eutanasia, el matrimonio entre personas del mismo sexo o la posición de la mujer en la Iglesia llevó a que fuera muy criticado. No obstante, su carácter afable y siempre dispuesto a ayudar a los necesitados junto a otra Santa en vida como la madre Teresa, lo llevó a ser considerado como una de las figuras más importantes de la segunda mitad del Siglo. 

Con la madre Teresa

Juan Pablo II se caracteriza por ser el tercer pontífice que más ha durado en el cargo (27 años en los cuales beatificó a 1340 personas y canonizó a 483 santos), a pesar de que ya se habló de que sus achaques, así como la enfermedad del parkinson llevaría a una renuncia, algo que sorprendentemente nunca se dio. Puede que por consejos o voluntad propia, pero lo cierto es que aquel hombre nacido en Polonia, el cual tuvo que pasar grandes penurias en su tierra natal, consideró que estaría en su puesto hasta que Dios quisiera. 


Y esto llegó el 2 de Abril de 2005. Desde todas las Iglesias del mundo se dijo que rezaran por aquel hombre que tanto había dado por acercar la Iglesia, la de todos, a los hombres. Años después sería beatificado y posteriormente canonizado. Hubieron muchas frases que son ejemplo de lo que fue este hombre en vida y de lo que deseaba para la sociedad de su tiempo y las generaciones venideras, pero me quedaría con una que desgraciadamente nunca pasa de moda y que refleja un deseo por parte de todos los hombres de buena voluntad, profesemos la Fe que profesemos o creamos o no creamos en Dios: 
"Que nadie se haga ilusiones de que la simple ausencia de guerra, aun siendo tan deseada, sea sinónimo de una paz verdadera. No hay verdadera paz sino viene acompañada de equidad , verdad, justicia, y solidaridad"
 Frases de Juan Pablo II-Wikiquote

No hay comentarios:

Publicar un comentario