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jueves, 28 de abril de 2016

A empezar... pero conociendonos un poco mejor

A punto de acabar la legislatura más corta de la historia de España (sin contar la etapa de la I República), ya sabemos que va a ganar con creces la abstención por mayoría absoluta. Habrá que felicitar a la cantidad de "buenos" políticos que tenemos en este país por darnos por donde la espalda pierde su casto nombre, viéndolos ir y venir, publicando tweets, echándole una sonrisa a la cámara y haciendo lo que mejor se les da: El postureo.  
 

Dicen que no hay mal que por bien no venga y a pesar de que va a haber elecciones, ya les conocemos un poco más y que si antes te fiabas más bien poco de sus palabras, ahora no te fías de ninguna de las maneras. Fuerte panda de personajes tenemos en este país, que se vetan unos a los otros, insultandose en público y redes sociales, mientras los ciudadanos españoles parece que estamos viviendo el día de la marmota ¡Qué tropa! como diría Romanones. 
Y es que hasta a una persona como yo, al que le gusta seguir el devaneo de la politica, se cansa de ver a este político, al otro y al demás allá soltar su mitin electoral haya por donde vaya (televisión, calle, redes sociales, etc.), haciendo que todos y cada uno de los satélites o subalternos de tres al cuarto (miembros de parlamentos o de la dirección del partido) se dediquen a trasladar lo que ya sabemos y que para colmo jueguen con la ambigüedad con respecto de sus actuaciones estos cuatro meses (que parecen que han sido ocho), diciendo lo malo que es el otro. A este paso, cuando vea a un político en un debate televisivo o radiofonico lo voy a quitar porque para oír idioteces, me pongo cualquier programa basura de telecinco (y son muchos, por cierto). 
Eso se debe en parte a la mala calidad de estos individuos que no es que no sepan hablar en público, sino que son incapaces e argumentar y rebatir al oponente político de turno. Eso es lo que pasa cuando la mayoría de los que llegan a altos puestos de los partidos políticos están casi desde su más tierna infancia. Y ahí podríamos citar a parlamentarios que no pasaron ni de primero de carrera y a alguna Presidenta Autonómica de este país (¿Adivinan cuál es?). Al menos ya sabemos a que votamos.

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