Páginas

domingo, 10 de enero de 2016

Esperpento en Cataluña

Lo que algunos estan haciendo en Cataluña (aparte de robar) deja bien a las claras que desde los despachos oscuros es donde se gestan los golpes de Estado y lo de Cataluña no es que llegue simplemente a serlo, sino que estan demostrando que ni ellos mismos respetan sus propias leyes o creencias ¿Cómo es posible que un señor que pasaba por ahí sea Presidente de la región? ¿Cómo es posible que unos anticapitalistas se traguen sus palabras? 
 

Lamentable que las farmacias no cobren, que haya niños mal alimentados por las calles o que la sanidad y educación catalana estén en penumbra y que estos miserables, vividores del erario público de una España a la que insultan, se sienten en un despacho oscuro a negociar entradas y salidas de las listas para mantener el poder y cargarse la misma Democracia a la que ellos desprecian y lo demuestran a cada paso que dan. 
Dice el miserable ex-Presidente Arturo Mas (o menos según se mire) que lo que han negociado lo que no le han dado las urnas. Aparte de ser un miserable y es un cínico. Más le valdría salir de Cataluña y, por ende, de España, porque por no tener no tiene ni decencia, al igual que los Pujol y toda esa caterva de ignorantes y desgraciados que han empobrecido Cataluña sobre la base de que la culpable de todo era España. Son unos ladrones que han dejado paso a uno mucho peor que ellos (el tal Puigdemont), que no representa a nadie; un radical que haría llorar de alegría al mismísimo Hitler (acuerdense lo de "echar a los invasores"). Sobra decir que los catalanes, los auténticos que padecen la miseria dejada por estos mezquinos e ineptos, viven de fracaso en fracaso gracias a un totalitarismo auspiciado por una parte de la sociedad civil que de forma indirecta o directa (periódicos culpables) han permitido que se llegara a una situación extraordinariamente pésima por culpa de unos señores que no quieren rendir cuentas a la justicia española por el simple y objetivo hecho de que son unos ladrones, que desgraciadamente aún siguen en la calle.  Son tan estúpidos que se echaron en brazos de unos anticapitalistas, admiradores de los regímenes de los Castro y el chavista, con tal de seguir con el golpe de Estado.  Unos anticapitalistas que, por cierto, votaron una cosa, y decidieron otra. 
PD: ¿No les parece curioso que el tal Puigdemont fuera periodista?

No hay comentarios:

Publicar un comentario