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viernes, 15 de enero de 2016

El defensa que sacaba el balón jugado

En 1958 debutaba en la Selección Española uno de los hombres, que habían sido grandes baluartes de la Uruguay post-maracanazo (la cual quedó cuarta en el Mundial de 1954). Ese hombre era José Emilio Santamaría, uno de los grandes centrales de su tiempo. El partido en cuestión fue contra Escocia (6-2), pero lo destacabable fue la calidad humana del charrua cuando al finalizar el partido, el ariete escoces McParland le pidió la camiseta. La respuesta del defensa fue que la camiseta era para su madre, española, la cual había llorado cuando en Uruguay le llamaban “gallego”, y quería que volviese a llorar, pero de alegría, con la prueba de que su hijo había defendido por fin los colores del país de sus padres; su propio país. 


Antes de venir a España, Pepe como le llamaban normalmente, había jugado en el Nacional de Montevideo, destacando como un defensa, que no sólo cortaba los pases rivales, sino que le gustaba tocar el balón e iniciar jugada. Sorprendido se quedó Santamaría cuando veía la desesperación de algunos aficionados en España cuando no despejaba el balón, algo que era habitual en aquellos años en posiciones defensivas. 


Lo cierto es que Santamaría hizo que una "defensa de alpargata" como la del Real Madrid, se convirtiera en una de las mejores y seguras del viejo continente. Así ganaron Ligas y Copas de Europa, quedando para el recuerdo la final de 1960 contra el Eintracht de Frankfurt. De aquellos años, cabe destacar que si Di Stéfano era el jefe del ataque, Pepe lo era de la defensa. 

Seguridad defensiva

Desgraciadamente, no pudo repetir los éxitos mundialistas con la Selección Española. Del Mundial de 1958 se quedaron fuera, aún teniendo un impresionante equipo, y del Mundial de 1962, varios problemas surgidos en torno a la dirección del equipo, así como la suficiencia, hicieron que no pasaran de primera ronda (la liguilla fue contra Brasil y Checosclovaquia, la posterior campeona y subcampeona respectivamente). 


Santamaría se acabaría retirando en el Real Madrid, siempre con esa característica suya de sacar el balón jugado, algo que se convirtió en natural gracias a él.  Años después entrenaría al Español de Barcelona y a la propia Selección del país de sus padres; su propio país.

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