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martes, 17 de noviembre de 2015

El Faraón hereje

La religión egipcia destacaba por presentar a múltiples Dioses, cuyos designios e intepretaciones dependían de los Sacerdotes del momento, considerando, además, al propio Faraón alguien elegido por los Dioses, llevándosele a la categoría de un Dios mismo. Sin embargo, hubo un hombre que se opuso a todo ello; un Faraón que, quizá, sí no hubiera sido por eso, no hubiera sido tan conocido o estudiado. Me estoy refiriendo a Akenatón.


Conocido también como Amenhotep o Amenofis IV, fue un Faraón perteneciente a la XVIII Dinastía y que fue conocido por llevar a cabo una auténtica revolución religiosa hasta el punto de dejar de lado al numeroso panteón egipcio para crear su propia religión, cuyo único Dios era Atón, el cual era el Dios del sol (representado en forma de disco solar), siendo considerado el espíritu que alentaba la vida en el planeta Tierra. Así, Akenatón quería que los egipcios pasaran del politeísmo al monoteísmo, algo relativamente nuevo, teniendo en cuenta que su reinado ha sido datado en torno a 1353-1336 a. C.
Akenatón estaba casado con la bella Nefertiti y, junto a su Reina, eligió fundar una nueva capital, Ajenatón, la ciudad de Atón, trasladando la Corte allí. La razón por el que el Faraón decidió cambiar la vida religiosa de su pueblo aún no están claros, aunque es probable que su idea fuera tanto por motivos espirituales como políticos, quitandole bastante poder a una casta sacerdotal, que, al parecer, se opuso firmemente a la revolución religiosa de Akenatón. 


Busto de Nefertiti

Aún no sabemos el motivo de la muerte del Faraón (se cree que murió con algo más de 30 años), aunque si sabemos que muchos de sus descendientes murieran antes ha llevado a conjeturas de todo tipo, teniendo como posible explicación la del envenenamiento, ante la firme oposición de parte de la sociedad egipcia a los cambios religiosos impuestos por su Faraón. Alguno asegura que hay cierta relación entre el fervor monoteísta del Faraón y el mismísimo Moisés, liberador de los israelitas, llegándose a decir que, quitando la literalidad a la Biblia, son la misma persona. 


Teorías absurdas aparte, el hecho de que la figura de Akenatón pasara desapercibida durante mucho tiempo, no ayuda, ya que es ahora cuando los historiadores han visto en Akenatón un Faraón interesante y digno de ser estudiado. Lo que si es cierto es que, aún cuando no se sabe toda la vida de Akenatón, este hombre, Rey de Egipto, ha pasado a la historia con el apelativo del Faraón hereje.

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