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sábado, 14 de noviembre de 2015

El desastre de Little Bighorn

Es curioso que los españoles quedaran en el subconsciente colectivo como exterminadores de indigenas dando pie a la leyenda negra, algo fomentado por enemigos del Rey de España (Inglaterra, Francia, etc.). Sin embargo, los españoles no sólo se integraron en América, sino que llegaron a unirse a indigenas o descendientes de éstos, teniendo hijos con ellos, algo muy diferente a lo que pasó con los anglosajones y un ejemplo lo vimos en aquel Estados Unidos muy posterior a la descolonización de Inglaterra. 


Tras las denominadas "Guerras Indias", las tribus de indigenas vencidas y asentadas en territorios otorgados por el Gobierno de los Estados Unidos eran vistas con otros ojos (muy malos, por cierto) al comprobar cómo su presencia buscando alimentos y pastos incomodaba al desarrollo del ferrocarril, tema que se había tomado como política de Estado, ya que supondría unir al país a nivel ferreo de este a oeste. El Gobierno presidido por Ulysses S. Grant, héroe de la guerra de secesión estadounidense y sucesor de Abraham Lincoln (ni más ni menos), dio a los indígenas un ultimátum, que expiraba el 31 de Enero de 1876, para regresar a sus reservas. Los indios alegando su derecho al nomadismo, se negaron. 

Ulysses S. Grant

Así el Teniente General Philip Sheridan, conocido por sus campañas contra los indios y ser un hombre extremadamente brutal y cruel, envió una expedición de castigo en marzo del mismo año, bajo el mando del General George Crook.
El jefe indio a batir era el Gran Jefe Sioux Tasunka Witko, al que también conocemos como "Caballo Loco". Hubieron muchas batallas con resultado incierto, aunque la más conocida y quizá la más sangrienta fue la de Little Birghorn en la que el Presidente encargó que la llevara a cabo el séptimo de caballeria dirigido por el Teniente Coronel George Armstrong Custer. Sobre la figura de Custer se han tejido medias verdades y medias mentiras. Hay unos que dicen que fue un gran defensor de los indigenas y que se vió obligado a combatir, mientras otros aseguran que era un ser tan terrible y cruel con los indios como todos y cada uno de los militares que intervinieron en las guerras indias. 

El Teniente General Custer

Sea verdad o no, lo cierto es que los estadounidenses se las prometían muy felices, dado su número de efectivos, pero no contaban con que los indigenas de la zona se unirian, creando un auténtico cuerpo de combate, que literalmente los aniquiliaria, encontrandose entre los muertos el mismisimo Custer, cuyos errores estrategicos le costaron muy caro. Los jefes espirituales de los sioux eran: Toro Sentado (Tatanka-Iyotanka) en el caso de los hunkpapa lakota; Caballo Rojo en el de los minneconjous, Dos Lunas de los cheyennes, Caballo Loco de los sioux oglala, Gall de los lakota siounan y Lluvia en el Rostro de los cheyennes del Norte.

Toro Sentado

La división de las fuerzas por parte de los indigenas, la prisa de los estadounidenses por combatir y el que los éstos no contaran con armas pesadas fueron la clave para que "Caballo Loco" ganara esta batalla. Una de las derrotas más dolorosas de los Estados Unidos de América no sólo por la batalla en si mismo, sino también debido a no permitir que unos simples indignenas cruzaran su propio territorio para obtener comida. Aquellas tierras que ellos mismos les habían quitado.

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