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lunes, 5 de octubre de 2015

El "efecto" Ciudadanos

El que alguien se atreva a decir de centro no es algo nuevo. Tenemos que recordar lo que a Adolfo Suárez le molestaba que le dijeran que era de derechas o al tan denostado Aznar cuando decía aquello de que eran el "centro reformista". Sin embargo, Albert Rivera a aprovechado este contexto de crisis política para presentarse como una especie de centro, que puede pactar con todo y con todos, ya sease con partidos donde hay demasiados casos de corrupción o con la extrema izquierda, diciendo algo tan tramposo como que desde su posición intentaran plantear cambios sociales y políticos. En primer y único lugar tengo que decir que decir que eres de centro es como plantear que te gusta una cosa y la contraria; es una absoluta memez. 


Una estupidez que busca que los ciudadanos, hastiados con razón de los denominados partidos tradicionales, compren algo que no se sabe muy bien que es. Eso pasa además cuando vemos como en ese partido hay socialistas, conservadores, etc., que en muchos casos llegaron a ocupar cargos de importancia en los partidos que ahora rechazan (PP y PSOE). En política hay que decir las cosas claras y Ciudadanos corre el riesgo de desgajarse por ser un partido personalista donde hay gente con muchas formas de sentir lo que lleva a pensar que a Rivera le puede pasar lo que le ocurrió a Adolfo Suárez, que por tanto hacerse de centro, creyó que podría juntar a comunistas, socialistas y conservadores, formando UCD,  y cuando éstos pudieron, le dieron puñaladas en la espalda. Ciudadanos es Albert Rivera y cuando Rivera se vaya o lo echen, dejara de existir como partido ¿No les parece curioso que en las últimas elecciones catalanas hubieran tantos carteles con la cara de Albert Rivera como los de su candidata? ¿Acaso Rivera se presentaba a las elecciones? ¿No confiaba en su propia candidata?
Esta bien que haya partidos que busquen el bien común desde la moderación y el compromiso, pero que para ello nos hable de esa g... del centro me parece absurdo y creerse que los ciudadanos somos imbéciles. Diciendo que en muchas cosas coincido con Albert, también es cierto que yo y muchos votantes no quieren comprar productos de marketing donde nos pintan las cosas bonitas, hablándonos de cambios razonables para después votar con, por ejemplo, el PSOE de los Eres en Andalucia. Eso no es un cambio; es una tomadura de pelo.  

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