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domingo, 30 de agosto de 2015

El renacer de Bobby Charlton

Era un 6 de Febrero de 1958, cuando el Airspeed Ambassador que realizaba el vuelo 609 de la British European Airways se estrelló contra el aeropuerto de Munich-Riem. En ese avión viajaba la plantilla al completo del Manchester United que acababa de disputar un partido de la Copa de Europa. Murieron 23 personas entre futbolistas, cuerpo técnico y personal aéreo. Entre los supervivientes había un jugador que apenas tenía 20 años y que destacaba por tener una gran calidad. Ese Manchester, que tenía un gran equipo con posibildades muy serías de ganar la Copa de Europa, había muerto, sin embargo, había sobrevivido un hombre que pasaría por ser el mejor jugador de toda su historia; ese hombre que en aquel momento tenía 20 años era Bobby Charlton. 


De aquel accidente le quedó una prematura calvicie; el futuro Manchester United se construiría bajo su persona. Charlton era un jugador todoterreno; capaz de multiplicarse en todas las zonas del campo para llegar a posiciones de remate en la que era uno de los mejores de su tiempo. Para la afición de Manchester era como un actor y su lugar de interpretación era el mítico Old Trafford al que el mismo bautizó como "Teatro de los Sueños". Charlton formó junto a George Best y Denis Law la denominada United Trinity (La Trinidad de United) de Manchester United


Charlton ganó infinidad de títulos, tanto individuales (como el Balón de Oro) como colectivos, marcando muchos goles tanto en su equipo como en la Selección Inglesa (actualmente es máximo goleador de Manchester United e Inglaterra con 249 y 49 goles respectivamente) con la que consiguió el Mundial de 1966 celebrado en casa. 


Sin embargo, sí hubo un título por el que Charlton se quedó satisfecho fue aquel que, tras diez años de ese fatal accidente, se consiguió definitivamente. En 1968, el Manchester United ganaba la final de la Copa de Europa al Benfica por 4-1, anotando el primer y el último gol de la final. 


Una victoria europea que estamos seguro le dedico a aquellos grandes futbolistas y compañeros que perdieron la vida en aquel lamentable vuelo de 1958. Bobby, uno de sus supervivientes, había conseguido no sólo el sueño de muchos de los aficionados del United, sino que había reconstruido todo un equipo gracias a su gran trabajo y a su maravillosa calidad. 

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