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miércoles, 12 de agosto de 2015

El influyente Rasputin

Nadie comprende como un hombre tan oscuro como Grigori Yefímovich Rasputín pudo llegar a ser uno de los hombres más influyentes de toda Rusia, sólo equiparable al Zar. 


Sin embargo, hay que verlo dentro del contexto de un país atrasado, dispuesto a creer en algunos hombres como si fueran santos. Y es que Rasputin se ganó fama de sanador o curandero, capaz de aliviar, mediante el rezo, dolencias de todo tipo. 
Sería gracias a una amiga de la Zarina cuando en 1905 fue llamado a Palacio para cortar una hemorragia de su hijo único Alexis Nikolaevich de Rusia, que padecía de hemofilia. El niño mejoró, haciendo que de forma indirecta su madre cayera bajo la influencia de un personaje, que comenzó a codearse con la nobleza rusa.


De él decían que tenía un carisma tan arrollador, que se ganaba el aprecio de los hombres y el amor de muchas mujeres. Era precisamente en la relación con estas últimas con la que se ganó, merced a los envidiosos de la corte, fama de vida licenciosa, teniendo relaciones con prostitutas y damas de alta alcurnia. Aparte de eso, muchos veían antinatural la familiaridad con la que trataba a su protectora la Zarina y a sus hijas.

Con la Zarina y sus hijos

Cuando estalló la Gran Guerra del 14, Rasputin, aunque nunca perdió el favor de los Zares, fue acusado de ser espía alemán y de ingerencias a la hora de nombramientos de Ministros en una situación en la que el Zar Nicolás II veía como los vientos revolucionarios caían implacables sobre él.

Nicolás II y su familia

Su asesinato fue muy curioso: fue envenenado con cianuro, se le disparó varias veces, fue puesto en un barril y tirado al río. Cuando se descubrió el cuerpo, se analizó y comprobó que no había muerto por el veneno o los tiros, sino ¡por ahogamiento!


El caso es que tras Rasputin, le tocaría el turno al Zar y su familia que fueron el objetivo a destruir por parte de los bolcheviques liderados por Lenin.

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