La carrera de Emiliano Rodríguez parecía estar destinada al fútbol, asistiendo a los partidos del Athletic de Bilbao de los Zarra, Panizo y Gainza, sin embargo, el hecho de que el equipo bilbaino sólo admitiera jugadores de la tierra (Emiliano es de León) y que tuviera una estatura de 1,87 le hizo decantarse por el baloncesto. Y desde luego fue una muy buena elección.
En un deporte en el que muchas reglas actuales no existían (por ejemplo, no habían canastas de tres), Emiliano trajo la modernidad a un baloncesto, liderando al Águilas, primero, al histórico equipo catalán del Aismalíbar, después, y al glorioso Real Madrid, al final, para ser considerado uno de los jugadores más grandes de la historia. Sus entradas a canasta, con rectificaciones en el aire, así como sus tiros a media distancia, hicieron de Emiliano un auténtico líder dentro de la cancha, disputando 175 partidos con la Selección Nacional, con la que desgraciadamente no pudo conseguir algún título.
No sería precisamente así en el Real Madrid. Con Emiliano en el puesto de alero, así como con otros grandes como Luyk, Brabender, Sevillano y dirigidos por el gran Pedro Ferrándiz, el equipo blanco consiguió 12 Ligas, 9 Copas de España y 4 Copas de Europa.
Muchos consideran a Emiliano precusor del baloncesto moderno junto a su compañero de Selección y jugador del Juventud de Badalona Nino Buscató y no les falta razón. A pesar de la falta de éxitos a nivel de Selecciones, el baloncesto comenzó a ser muy seguido en España, sobre todo gracias a las victorias de los equipos españoles (especialmente del Real Madrid) en las competiciones internacionales.
Emiliano se retiró en 1973 en el Real Madrid, equipo donde alcanzó la gloria baloncestística tanto a nivel colectivo (algo que mencione anteriormente) e individual (2 veces máximo anotador de la Liga Española y 2 veces elegido Mejor Jugador del Campeonato de Europa). Actualmente es Presidente de Honor del club donde hizo historia.
Emiliano es uno de los grandes baloncestistas de la historia no sólo de España, sino de Europa, siendo miembro del Salón de la Fama de la FIBA. Más allá de reconocimientos individuales, Emiliano fue el líder de toda una época; una época de buen baloncesto.
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