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sábado, 11 de julio de 2015

Asesino miserable

Esa fue la expresión que se me vino a la cabeza cuando escuche por la radio que en Santa Cruz de la Palma un fulano había ido a donde trabajaba la ex-pareja y, tras echarle gasolina, le había prendido fuego ¿Cómo es posible que en una sociedad aparentemente civilizada puedan caber malnacidos como este tipejo?


Mi total y absoluta condena no sólo con respecto a este suceso, sino a todos y cada uno donde hay mujeres que sufren la ira de unos personajes a los que no se puede calificar como hombres; son unas sabandijas infames. Es por eso que ahora es donde se debe entrar de forma drástica desde las Instituciones para que individuos que se atreven a tan solo levantarle la mano a una mujer, estén entre rejas, siempre desde el respeto al derecho a la defensa de cada uno, pero siendo implacable porque  la Justicia no puede ser ni más ni menos para todos y cada uno de los que tienen que verse las caras con un juez. 
Esta Ley de Violencia de Género actual no sólo es extremadamente injusta porque no respeta la presunción de inocencia (¡Ay, López Aguilar!), sino que, es palpable, no ha solucionado nada porque desde que hay hombres (muchos son menores de edad) dispuestos a pegar, maltratar o asesinar a una mujer sin que les suponga una condena importante, no habremos conseguido nada. La educación en la familia, por otra parte, es una pieza clave (fundamental, diría yo) para que de una vez por todas algunos personajes se den cuenta de que a una mujer no se le debe poner ni tan siquiera la mano encima.

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