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domingo, 3 de mayo de 2015

El caso Bosman que abrió las fronteras europeas

En la actualidad vemos como los grandes clubes europeos tienen infinidad de jugadores no nacionales en su plantilla. Así hay equipos ingleses sin casi ingleses o españoles sin casi españoles. Pero esto no siempre fue así. De hecho los clubes sólo podían contratar dos jugadores extranjeros, fuesen comunitarios (nacidos en un país de la Unión Europea) o no, a no ser que se nacionalizacen. En la Copa de España, por ejemplo, ni siquiera podían jugar extranjeros hasta los años 80. Todo esto cambio en los años 90 y dicho cambio llego de la mano de un jugador desconocido para el público hasta ese momento. Ese futbolista se llamaba Jean-Marc Bosman. 

 
 
Bosman era un futbolista profesional belga que jugaba en el Lieja en ese entonces de la Primera División de Bélgica. En Junio de 1990 se le ofrece a Bosman un año más de contrato que él rechaza, alegando que no se le pagaría lo suficiente. 
Es puesto en la lista de transferibles con una cláusula de indemnización. Al mes siguiente, llega a acuerdo con el Dunkerque de Francia. Los dos equipos acuerdan la cesión del jugador por una temporada más una opción de compra, pero el Dunkerque no admite la cláusula de indemnización que propone el Lieja, ya que era muy alta, y es por eso que se niega al traspaso del jugador y lo aparta del equipo.



Bosman presentó una demanda contra el Lieja, así como contra la Federación Belga de Fútbol y la UEFA porque alegaba que las normas de traspaso de la Federación Belga de Fútbol y de la UEFA-FIFA le habían impedido el traspaso al Dunkerque. 
La defensa de Bosman planteaba que debe interpretarse los artículos 48, 85 y 86 del Tratado de Roma, de 25 de Marzo de 1957 para el deporte, ya que en dicho tratado se prohibe que las asociaciones o federaciones deportivas nacionales e internacionales puedan establecer en sus reglamentaciones respectivas disposiciones que limiten el acceso de los jugadores profesionales nacidos en países de la Comunidad Económica Europea a las competiciones que organizan; y que los clubes de fútbol no puedan exigir y percibir el pago de una cantidad de dinero con motivo de la contratación de uno de sus jugadores por parte de un nuevo club empleador habiendo terminado su contrato.


Este caso comenzó a conocerse como caso Bosman y en él se ponía en juego la libre circulación de jugadores de la Unión Europea por territorio comunitario, así como la no necesidad de una indemnización al ser comprado por un equipo de un país de la Comunidad Europea. La Justicia Europea dicto sentencia en la que declaraba ilegales las indemnizaciones por traspaso y los cupos de extranjeros de jugadores nacionales de Estados miembros de la Unión Europea.

Una sentencia para la historia

De esta forma, cualquier futbolista de la UE podría jugar en un país comunitario sin que se le pusiera trabas por ellos y, por lo tanto, sin ser considerado extranjero. Esto posibilito que dentro de Europa, los clubes con mayor poder económico se hicieran con los servicios de los grandes futbolistas europeas. Y todo empezó con una sentencia por una cuestión administrativa por hacerse con los servicios de un jugador desconocido hasta ese momento. 

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