Páginas

viernes, 6 de marzo de 2015

¡Joder, qué tropa!

Cuentan que cuando el Conde de Romanones fue propuesto para la Real Academia, le sugirieron que hiciese una visita de cortesía a todos los miembros de la Institución encareciéndoles su apoyo, porque esa era la costumbre. Así es que venciendo su inicial timidez cumplimentó ese requisito y todo el mundo le aseguró que su voto sería para él. El día de la votación se acercó su secretario y le dijo: Excelencia, traigo malas noticias: no hemos salido.-¿Cómo es posible? -preguntó asombrado. -"Pero si tenía garantizada la elección..." El funcionario se encogió de hombros. -Pero entonces ¿cuántos votos he tenido? -quiso saber el Conde. -Ninguno, Excelencia -musitó el secretario con un hilillo de voz. El político se quedó unos instantes pensativo y luego cabeceando ligeramente se volvió hacia su ayudante: ¡Joder, qué tropa!, -concluyó.


Creo que a determinados votantes les pasa lo mismo, aunque al revés. Mientras que Romanones perdió una votación "ganada", estos votantes de ahora se rasgan las vestiduras por los corruptos, pidiendo años y años de cárcel. "No merecen el voto", "La justicia tiene que ser igual para todos" dicen. Sin embargo, cosa curiosa, la mayoría (a veces absoluta) siguen votando a los mismos una y otra vez. No vale aquello de que los partidos ponen a los mismos porque cuando una vota en un Ayuntamiento, Cabildo o Diputación no esta votando al partido; esta votando a un corrupto profesional. Esta votando al cabeza de lista que, en la mayoría de los casos, lleva años y años en la administración hasta el punto de que no se le conoce otra ocupación que no sea la política. 
Y después nos toman por tontos. "Quiero dejarle a mi hijo una Andalucía mejor de la que nos dejaron nuestros padres" dice la Presidenta de Andalucia (embarazada, de ahí su alusión a su hijo) en su inicio de campaña para las autonómicas. Esta señora se debe creer que los andaluces son unos completos imbéciles. Estamos hablando de una señora que ha estado en Gobiernos con gente imputada por delitos muy graves y que llevan mamando desde hace 30 años. Y para desgracia de este país, no son los únicos caraduras, que cínicamente se aprovechan y se ponen enfrente de una sociedad que ha consentido la corrupción de forma sistemática durante años y años. Es políticamente incorrecto decirlo, pero la verdad es que una sociedad que consiente la corrupción tiene muy poco futuro.
A todo este país que se queja (y hablo en general) de la corrupción y después acaba votando a los mismos; a gente imputada o que vitorea a gente condenada (a habido algún caso), les diría aquello que dijo Romanones, asombrado por su sorpresiva no elección: ¡Joder, qué tropa!
PD: Por cierto, el hartazgo con la corrupción no significa votar en masa a partidos antidemocráticos y saben a quienes me refiero. 

No hay comentarios:

Publicar un comentario