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martes, 20 de enero de 2015

Clásicos Inmortales: El Hombre Elefante

Una de las grandes películas de los 80 y de su director David Lynch, que supo ganarse el aprecio de muchos gracias a esta cinta sobre el caso real de Joseph Merrick, el hombre elefante; un ser humano, que supo ganarse el aprecio de todos los que lo conocieron. En él se cumplió aquello de que la belleza esta en el interior.


Frederick Treves (Anthony Hopkins), un cirujano del Hospital de Londres, descubre a Joseph Merrick (John Hurt), mientras visita un circo. El brutal Bytes (Freddie Jones) es el que lleva el "espectáculo" como el del hombre elefante y es que Merrick es tan deforme que tienen que usar una capucha y una capa en público. Bytes, a su vez, declara que es un retrasado mental. Desde las autoridades no le dejan presentar al hombre.  


Sin embargo, Treves se encuentra intrigado desde un punto de vista profesional por la condición de Merrick y paga a Bytes para llevarlo al hospital con la finalidad de examinarlo. Bytes, inicialmente no esta por la labor, pero acabara accediendo a la petición del cirujano. Treves presenta Merrick a sus colegas en una sala de conferencias, lo que muestra como una curiosidad fisiológica. 


Al regresar Merrick al circo, Bytes le pega tan brutalmente que un aprendiz (Dexter Fletcher) pone sobre aviso a Treves, quien lo regresa al hospital. Bytes acusa a Treves de explotar igual que él a Merrick para sus propios fines, lo que lleva al cirujano a hacer lo que pueda para ayudar al  desgraciado hombre.
Las enfermeras de hospital están horrorizados ante la apariencia de Merrick, por lo que Treves lo coloca en una sala de cuarentena, bajo el cuidado estricto de una encargada, la señora Mothershead (Wendy Hiller). Carr Gomm (John Gielgud), el Gobernador del hospital, se resiste a dar cobijo a Merrick, que hasta ese momento no ha articulado palabra alguna, ya que el hospital no está diseñado como una residencia para incurables. 

Recluido en cuarentena

Para convencer a Gomm, Treves enseña a Merrick a recitar algunas frases corteses. Gomm descubre el engaño, pero cuando los hombres estan fuera de la habitación, le oyen recitar el Salmo 23. Ambos quedan impresionados, dandose cuenta de que Merrick es más listo de lo que había demostrado hasta esos instantes. La consecuencia es que Gomm le permite quedarse.

Treves quiere darle una vida digna a Merrick

Merrick se revela gradualmente como un ser sofisticado e inteligente. Pasa sus días leyendo, dibujando y haciendo un modelo de una iglesia visible a través de su ventana. Un día, Treves lo lleva a tomar el té por la tarde en su casa junto con su esposa, Ann (Hannah Gordon). Merrick, abrumado por el cariño que percibe en sus anfitriones, les muestra su tesoro más preciado, una foto de su madre, y expresa su idea de que ella estaría orgullosa de verlo con tan queridos amigos, aunque se siente triste por lo que ella debio sentir al dar a luz a un ser deforme. 
Más tarde, Merrick comienza a recibir a los visitantes la sociedad en sus habitaciones, entre ellas la célebre actriz Madge Kendal (Anne Bancroft). Se convierte en un objeto popular de la curiosidad y la caridad a la alta sociedad, que lo destacan como un hombre inusualmente cortes, algo que contrasta con sus vivencias anteriores llenas de dolor. 


A medida que aumentan las visitas, la señora Mothershead, que tiene a su cargo el cuidado diario de Merrick), se queja a Treves que todavía está siendo tratado como una rareza más que como un ser humano: como un espectaculo de fenomenos, al igual que antes, con la diferencia de que los que van a verle son los de la clase alta.
Treves, se angustia por esta idea y comienza a cuestionar si ha hecho o no lo correcto. Mientras que Merrick es tratado bien durante el día, el portero de noche (Michael Elphick) en secreto gana dinero poniendo los apostadores de los pubs cercanos a curiosear a Merrick, ridiculizandolo, y tratandolo como una bestia. La junta directiva discute la decisión de mantener Merrick indefinidamente y se considera la idea de negarle tal privilegio. Pero entonces, el hospital recibe la visita sopresa de la Princesa de Gales que lleva un mensaje de la mismisima Reina Victoria, que indica que Merrick recibirá la atención permanente en el centro. 

Merrick se queda

Sin embargo Merrick es devuelto a su antigua vida, cuando Bytes obtiene acceso a su habitación en uno de las crueldades del portero nocturno. Bytes secuestra a Merrick y lo lleva a la Europa continental, donde está una vez más lo exhibe y somete a la crueldad, el abuso y el abandono. Treves, consumido por la culpa, se entera de lo ocurrido y toma medidas contra el portero de noche con la inestimable ayuda de la señora Mothershead.


Merrick se escapa con la ayuda de sus compañeros del espectáculo de fenómenos y logra volver a Londres. Sin embargo, dado su aspecto grotesco, sus andares irregulares y su rara mascara, es acosado por un grupo de niños en la estación de Liverpool Street, y derriba accidentalmente a una joven. Él es perseguido, sin máscara, y acorralado por una multitud furiosa, momento en el que grita una frase, que no puede más que ser aplicada a todo ser humano: "¡NOOO!¡Yo...yo no soy ningún monstruo, no soy un animal, soy un ser humano! Soy...¡un hombre!". 
Cuando la policial encuentra a Merrick lo llevan nuevamente al hospital y es reintegrado a sus habitaciones. Se recupera lentamente pero es evidente que va a morir de su enfermedad pulmonar obstructiva crónica. Como regalo, la señora Kendal organiza musical en el teatro en su honor; al final de ella Merrick recibe una sonora ovación. Es verdad: no es un animal; es un ser humano. 


Esa noche, de vuelta al hospital, Merrick da las gracias a Treves por todo lo que ha hecho durante todo este tiempo y termina definitivamente la maqueta de la la Iglesia. Imitando a uno de sus dibujos en la pared, elimina las almohadas que le han permitido a dormir en posición vertical y se acuesta en su cama. Muere, consolado por una visión de su madre, Mary Jane Merrick, citando un poema de Alfred Lord Tennyson "Nada va a morir". 


Conmovedora historia sobre los hechos reales de Joseph Merrick, un hombre con deformidades, pero que con su educación y lucha supo hacer ver que era un ser humano como cualquier otro. La dignidad humana por encima de la apariencia física. El blanco y negro no hace más que resaltar su portentosa calidad dramatica. Una anécdota: Mel Brooks (sobran las presentaciones) fue uno de los productores de la obra, pero durante su promoción se omitio su participación, puesto que querían dejar claro que no era una comedia, sino un drama. Y es verdad. Todo un emocionante y grandioso drama.

Ficha

Dirección
David Lynch
Producción
Jonathan Sanger
Stuart Cornfeld
Mel Brooks
Guión
Eric Bergren
Christopher De Vore
David Lynch
Música
John Morris
Fotografía
Freddie Francis
Montaje
Anne V. Coates
 
Otros datos

País
Reino Unido
Estados Unidos
Año
1980
Género
Drama
Duración
124’
 
Protagonistas

Actor
Personaje
Anthony Hopkins
Frederick Treves
John Hurt
Joseph Merrick
Freddie Jones
Bytes
Wendy Hiller
Señora Mothershead
John Gielgud
Carr Gomm
Anne Bancroft
Madge Kendal
Hannah Gordon
Ann Treves
Michael Elphick
Portero de noche
Dexter Fletcher
Aprendíz

Premios
BAFTA

Categoría
Persona
BAFTA a la Mejor Película
-
 
Cesar

Categoría
Persona
Cesar a la Mejor Película Extranjera
-

El señor es mi pastor (inglés)


¡... Soy un ser humano! (inglés)


Escena final

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