Ustedes dirán que es a toro pasado, pero yo nunca me fié de Pujol. No se si será por la mirada aviesa del personaje o por mi total y absoluto desprecio al nacionalismo y quienes lo apoyan, pero un tipo como ese, que había controlado Cataluña durante dos décadas y que consideraba todo reproche hacía el como un ataque a Cataluña, no podía ser trigo limpio.
Pero sí el culpable máximo es este sujeto, también tienen la culpa aquellos que sabiéndolo no dijeron e hicieron nada porque consideraban que era mejor tener a un Pujol tranquilo antes que a un Pujol que lanzara a los catalanes a la calle (como hizo con el caso de Banca Catalana) argumentando como hacen todos los nacionalismos: todo el que va contra mi va contra el pueblo. Lo mismo ha pasado (y pasa) en territorios o países donde la Democracia brilla por su ausencia. Antes fue en la Alemania Nazi o en la Rusia Soviética. Ahora desgracidamente lo es en nuestra querida América Latina.
Sólo con ver al "señor" Pujol junto a su consorte pasearse como sí nada, me dan ganas de tirar la televisión por la ventana. Un ciudadano "normal" ya estaría procesado y condenado (o por lo menos llamado a declarar) y ni una cosa, ni la otra. Lo último se este ser vil y despreciable es que va a demandar a los bancos andorranos que filtraron los datos de sus cuentas ilegales. Eso es como sí por mi ventana veo un asesinato que se esta cometiendo en una casa, lo denuncio y el criminal me demanda a mi porque alega que estaba violando su intimidad.
Ese señor, que en menos de nada a pasado ser ser "muy honorable" a ser "muy chorizo" es un miserable, que sólo quería la independencia para controlar la justicia y que nadie le pudiera condenar. Al final va a resultar que tanto hablar de que España les robaba y al final los ladrones eran ellos mismos. Espero que sí queda un poco de justicia es este país, ese tipo, al igual que su mujer e hijos, además de gente implicada del Gobierno catalán, sean juzgados y condenados.
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