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jueves, 28 de agosto de 2014

Clásicos Inmortales: El Último

Murnau ya se había ganado cierta fama gracias a su sinfonía de horrores Nosferatu y la polémica por los derechos con la viuda de Bram Stoker. Sin embargo, con esta obra alcanzo la excelencia, siendo uno de sus films más personales, ya que ponía en cuestión temas como el de la sustitución de la vejez por la juventud o de la necesidad que hacemos de las apariencias frente a la realidad. 


La película nos presenta la entrada de un lujoso hotel en cualquier ciudad del mundo occidental. El trasiego de maletas por parte de los visitantes es grandisimo. Pero para llevarlas ya hay un hombre. Éste es el veterano portero de dicho hotel.
El hombre es un robusto y respetado hombre que no solo carga con las maletas de los clientes, sino que es sirve de nexo de unión entre la entrada y salida de los visitantes. Pero lo que más llama la atención es la admiración que despierta el portero en los propios huéspedes y sus compañeros. 


Y sí en su hotel le tratan con gran respeto, en su barrio de clase media-baja, se convierte practicamente en un Dios, ya que debido a su trabajo, tiene tal prestigio entre sus convecinos. Saluda a todo el mundo portando aún su uniforme de portero de corte militar y siendo saludado (casi venerado) por la vecindad. Coincide que en esas fechas, su sobrina está a punto de casarse y habrá una celebración por todo lo alto. 


Sin embargo, todo empezara a torcerse cuando desde la dirección del hotel, ven que el hombre tiene dificultades para llevas las maletas, que es achacado a su edad. El día de la boda por la mañana, cuando nuestro protagonista marcha hacia su trabajo, se encuentra que ha sido sustituido por un hombre mucho más joven y fuerte, mientras que a él le destinan al baño de hombres para trabajar como mozo, algo que le causa una honda vergüenza. 

 

Toda una vida llena de orgullo y respeto se ha ido por la borda. Sin embargo, el hombre, desmoralizado, decide ocultar la verdad a su sobrina, por lo que vuelve a casa con el uniforme, el cual deja en una taquilla de la estación de tren antes de entrar, y vuelve a recoger al salir. Así aparente que sigue haciendo su trabajo, mientras realmente se encuentra lavando los baños del hotel.

Limpiando los baños

Su sobrina le acabara descubriendo en los mismos baños del hotel, algo que lo sume en la mayor de las vergüenzas. La idea de Murnau era la de que el hombre acabara muriendo en medio de la degradación sufrida por parte de sus jefes. Sin embargo, el deprimente final no convenció a la UFA (principal estudio de cine alemán en aquellos años) y decidió añadir una especie de "Happy end" en el que se nos daba un supuesto final en el que heredaba de un  millonario méjicano, que había muerto en sus brazos cuando él estaba en el baño y vemos como el antiguo portero vive a todo tren en el que había sido su antiguo lugar de trabajo. De ahí que en los países anglosajones se conozca como la última risa o carcajada, ya que al final el portero fue el último en reír. El propio Murnau habla del final como improbable.

Un final improbable

La película utiliza el sistema de las apariencias frente a la realidad y de la degradación del portero como una manera de contar el momento concreto, que vivía una Alemania hundida tras la Gran Guerra y que vivía de un pasado glorioso, en lugar de hacer frente a la realidad que le acuciaba. 


Sin embargo, el mensaje de Murnau va más allá de su propia época porque pone de relieve el maltrato en muchas ocasiones que reciben los mayores a pesar de sus logros y el como les damos más importancias a las apariencias o a lo que dirán los vecinos frente a la más cruda de las realidades. Emil Jannings como el portero esta imponente y es que era uno de los grandes actores del cine mudo. Las angulaciones de cámara y los primeros planos son excelentes.

Ficha

Dirección
F.W. Murnau
Producción
Erich Pommer
Guión
Carl Mayer
Fotografía
Karl Freund
 
Otros datos

País
Alemania
Año
1924
Género
Drama
Duración
101’

Protagonistas

Actor
Personaje
Emil Jannings
El portero
Maly Delschaft
Sobrina del portero
Max Hiller
Novio de la sobrina
Emilie Kurz
Tía del novio
Hans Unterkircher
Jefe del hotel
 
 La degradación de un hombre

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