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jueves, 17 de julio de 2014

El águila de Toledo

Aquel año de 1959 España hacía veinte años que había iniciado una gris dictadura. Aquel año España no era precisamente de los países más avanzados del mundo. Aquel año, aquel año, ...


Pero no todo eran penurias en una España que aún no había sacado la cabeza en el concierto internacional a nivel político. Pero, a diferencia de ésto, eran el deporte español lo que hacía que el país de la piel de toro fuera conocido. Aquel año de 1959 uno de los hijos del deporte español hizo historia. 
Ese año se alzo por encima de todos un escuálido ciclista, que con su velocidad sorprendió a propios y extraños. A ese corredor lo conocían como el águila de Toledo por su capacidad para las etapas de montaña en las que era el mayor experto. Lo conocía como el águila de Toledo. Su nombre Federico Martín Bahamontes.


Aquel año de 1959, para sorpresa de todos, el fantástico corredor toledano se hacía con algo hasta ese momento para el deporte español no se había conseguido. El águila de Toledo conseguía el Tour de Francia, las carreras de las carreras ciclistas. El Santo Grial del ciclismo. Algo magnifico, que no debe olvidarse, puesto que sí el grandioso Indurain levantaría a todo el país con sus cinco Tours seguidos, no hay nada como la primera vez. Y el primero fue Bahamontes, que supero a corredores como Anquetil, gloria del ciclismo francés.


El águila de Toledo se alzo victorioso por una plaza inexpugnable hasta ese momento para el deporte español. Bahamontes había conseguido lo que hasta ese momento ningún español había conseguido. Y todo fue en 1959. Aquel año.

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